A quince días de los comicios del 5 de noviembre, Kamala Harris y Donald Trump están enfrascados en una batalla electoral sin precedentes. Según un análisis de Integralia, las encuestas revelan un empate técnico, reflejo de una contienda que ha sido reñida desde el principio.
La demócrata, quien ayer cumplió 60 años, se enfrenta al veterano republicano, de 78, en una elección que no sólo definirá el rumbo de Estados Unidos, sino también tendrá implicaciones directas para México.
Las encuestas señalan que la economía es el tema central para los votantes, seguido por la migración. El magnate neoyorquino enfocó su campaña en el control migratorio y la revitalización económica, al apelar especialmente a los trabajadores del Rust Belt (cinturón manufacturero), en estados como Michigan, Wisconsin y Pensilvania.
Estos antiguos bastiones demócratas serán determinantes en la elección. La candidata demócrata, por su parte, capitalizó su fortaleza en temas sociales, como la igualdad racial y el derecho al aborto.
Uno de los temas más relevantes para México es la posible renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) en 2026.
El expresidente repúblicano sugirió cambios que afectarían la relación comercial, mientras que la exsenadora por California podría endurecer regulaciones ambientales y de inversión.
Cualquiera que sea el resultado, la relación bilateral enfrentará retos, con la migración y la seguridad como temas prioritarios en la agenda.
Las elecciones, caracterizadas por una alta polarización, podrían desembocar en un conflicto postelectoral, especialmente si Trump cuestiona los resultados.
A su vez, las “sorpresas de octubre”, eventos inesperados que pueden alterar la dinámica electoral, siguen siendo un factor impredecible.
La carrera hacia la Casa Blanca está en su punto álgido y cualquier movimiento estratégico podría definir el destino no sólo de Estados Unidos, sino también el del entorno global y la relación con México.