El mundo del heavy metal está de luto tras la muerte de Paul Di’Anno, el primer vocalista de Iron Maiden, a la edad de 66 años.
Di’Anno, cuya voz fue clave en los primeros éxitos de la banda, falleció después de años lidiando con complicaciones de salud. A pesar de sus problemas personales y físicos, Di’Anno mantuvo una carrera intermitente en la música, pero su impacto y legado en la escena del metal perduran.
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Paul Di’Anno fue el encargado de ponerle voz a los dos primeros discos de Iron Maiden: Iron Maiden (1980) y Killers (1981). Su estilo vocal agresivo y su actitud rebelde lo convirtieron en un ícono del naciente heavy metal británico.
La crudeza de su interpretación, combinada con las poderosas guitarras de la banda, ayudó a Iron Maiden a destacarse en una escena musical que rápidamente los catapultó al estrellato. Su paso por la banda fue breve, pero decisivo. En 1981, Di’Anno fue reemplazado por Bruce Dickinson, quien llevó a la banda a nuevas alturas, mientras que Paul continuó con otros proyectos musicales.
En sus últimos años, ofreció conciertos en silla de ruedas debido a complicaciones físicas, y en 2022 desmintió los rumores sobre un supuesto cáncer, explicando que sufría de un absceso pulmonar. A pesar de su optimismo y planes de recuperación, su estado físico se fue deteriorando, hasta que finalmente falleció rodeado de familiares y amigos cercanos.
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Su fallecimiento es un recordatorio del impacto que tuvo en la música y de los retos personales que enfrentan muchos músicos en su vida fuera del escenario.
TJ