La estrategia no conoce pudor.

 

Es necesario al menos un voto para anular, por improcedente o fallas en el proceso de aprobación, la reforma jurídica aprobada con prisas y sin análisis en el Congreso de la Unión.

 

-Ya lo tienen -me dice con temor, tristeza o resignación una fuente cercana a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña.

 

-Y no uno, sino dos votos -afirma otra versión.

 

Para acabar con la euforia oficial y declarar la inconstitucionalidad de la reforma, urgen los ocho votos dados para analizar en la Sala Superior lo hecho por los diputados y los senadores.

 

Tres de plano son gobiernistas.

 

Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Lenia Batres simbolizan el paradigma del máximo tribunal para el régimen y quienes de antemano han declarado su disposición de competir por el voto popular.

 

Ya está garantizada su participación a pesar de discrepancias previas, entre ellas la de Loretta Ortiz, quien dijo en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara en 2023:

 

“…el perfil para llegar a la Corte, los abogados que necesita la Corte, son abogados que necesitan tener un perfil específico y que ese perfil no se puede alcanzar en las urnas siendo electos”.

 

Lo mismo opinaba Arturo Zaldívar, hoy exégeta del gobierno, quien como presidente de la Corte dijo a John Ackerman para TV UNAM:

 

“Me parece que si fuera por elección popular se desnaturaliza la función del juez constitucional”.

 

Hoy trabaja por esa desnaturalización.

 

IMPUNIDAD Y CONTINUIDAD

 

Pero en nuestro país la razón es del poderoso.

 

Lo vimos en el Senado de la República, donde un priista de extenso currículum y nula congruencia convenció a los Miguel Ángel Yunes, padre e hijo, de dar el voto decisivo.

 

Y si ellos fallaban, Adán Augusto López negoció la inasistencia del emecista campechano Daniel Barreda con el respaldo de la gobernadora Layda Sansores y su aparato de (in)justicia.

 

Como con ellos, el INE y el Trife, hoy es lo mismo.

 

¿De quienes se teme?

 

De ministros a quienes se les ofrece impunidad, pase directo a la designación, más poder e influencia en el nuevo gobierno… como a los Yunes y a quien conserva plenos derechos en Movimiento Ciudadano.

 

Dos de ellos analizan la oferta y por supuesto no son Norma Piña ni Luis María Aguilar, a quien le agarró tirria López Obrador, porque no encontró una Corte dócil como luego la tuvo con Zaldívar.

 

DURAZO, ZALDÍVAR, AGUILAR

 

1.- A propósito:

 

Como presidente electo y en funciones en diciembre de 2018, López Obrador mandó operar a varios secretarios de Estado a favor de Arturo Zaldívar.

 

Alfonso Durazo, entonces secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, fue enviado a convencer a Luis María Aguilar, para lo cual convocó a un desayuno en Polanco.

 

No lo logró.

 

Desencantado y furioso, Zaldívar enfrentó a Aguilar con el Bosque de Chapultepec abajo y una descalificación cual es su costumbre:

 

-De ti no necesito ni tu amistad ni tu voto.

 

Aun sin él ganó, ya sabemos por qué y para qué.

 

Y 2.- De la emergencia derivada por el huracán John, quién lo creyera, hay ganadores.

 

Se reconstruirá totalmente la Subestación de Bomberos del Mercado Central de Acapulco, se comprará equipo y se contratará personal extra.

 

Los locatarios, ordenó la gobernadora Evelyn Salgado, recibirán atención inmediata con financiamiento a fin de reanudar sus actividades económicas.

 

A esto se agregarán espacios para la policía municipal, la estatal y por supuesto para la Guardia Nacional.

 

      @urenajose1

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