Si la presidenta Claudia Sheinbaum realmente quiere rescatar a Pemex, no solo tendrá que inyectarle miles de millones de pesos, sino realizar una auditoría a la administración del exdirector Octavio Romero Oropeza.
Para nadie es un secreto que la (otra vez) paraestatal pasa por una de sus peores etapas provocadas por la caída de la producción, la mala gestión que implica una deuda monstruosa con los acreedores y un pasivo que compromete su calificación internacional.
El trabajo será, desde luego, del nuevo director general, Víctor Rodríguez Padilla, que llega al puesto con las mejores credenciales.
La prioridad de Rodríguez debe ser sanear las finanzas de la empresa, pero también acabar con una red de corrupción que ha sido denunciada por los propios proveedores, tejida durante la administración del ingeniero agrónomo.
No es nada sencillo el reto, pero en su lista de prioridades tiene que estar una investigación de las acciones de Leda Coral Castro, titular de la Coordinación de Desarrollo y Relación con Proveedores y Contratistas, de Javier Núñez López, exsubdirector de Abastecimiento.
También de Saúl Morales Alvarado, exgerente de Alianzas, Abastecimiento Estratégico y Estándares Técnicos, señalados y denunciados ante la Fiscalía General de la República por actos que han contribuido a la crisis por la que atraviesa la paraestatal.
Igualmente debe profundizarse en las investigaciones que se llevaban a cabo en contra de Manuel Herrería Alamina, exsubdirector corporativo de administración, de Gerardo Uriel Tufiño Sandoval, Mireya González y Ricardo Ortiz Alatriste.
Herrería Alamina fue señalado por algunos proveedores de bloquear las compras en el extranjero a empresas que cumplían con normas de calidad internacionales.
Dicho bloqueo se ha reflejado en la caída de la calidad del crudo mexicano. Fuentes internas de la paraestatal han señalado que el crudo que debería tener 50 libras de sal (uno de los indicadores de calidad más importantes para el refinamiento y exportación del petróleo) ha llegado a exceder hasta las 500 libras de sal.
Para el futuro de la empresa será crucial que Rodríguez Padilla logre renegociar las deudas con los proveedores de manera justa, restableciendo la confianza y evitando el colapso de cientos de empresas que dependen de los pagos de Pemex para subsistir.
El camino hacia la recuperación de Pemex no será fácil, la empresa enfrenta una deuda colosal, prácticas corruptas arraigadas y una reputación internacional seriamente dañada.
El nuevo director puede ser el héroe que rescate a la paraestatal o el villano que la sepulte.
Ojalá ocurra lo primero.
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El juez de Control Alejandro Díaz Cruz, del Centro de Justicia Penal Federal, de Culiacán, aseguró que no se emitieron las órdenes de aprehensión en contra de los funcionarios estatales de Sinaloa, involucrados en el montaje del homicidio del diputado federal electo, Héctor Melesio Cuén Ojeda, porque la Fiscalía General de la República presentó un peritaje que concluye que las muestras de sangre recabadas en el lugar del asesinato no corresponden al político muerto.
El domingo pasado, la FGR emitió un comunicado en el que señaló que “han sido determinados con toda precisión, por las unidades periciales federales, que (los rastros de sangre) corresponden al exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa’’.
El juez dijo que la afirmación contrasta con la intervención de la Fiscalía en la audiencia, en la cual precisó que tras practicarse el dictamen en materia de genética, la conclusión fue que esas manchas de sangre ‘no son coincidentes con el señor Héctor Melesio Cuén y que están a la espera de que se realice (el contraste) con perfiles genéticos de dos personas desaparecidas’”.
¿Entonces?
@adriantrejo