Cerca de 230 personas cumplieron 25 días en el albergue temporal Nueva Esperanza, en la colonia Plan de Ayala, en Chilpancingo, Guerrero, tras el impacto del huracán John en la entidad.
Integrantes de las familias mencionaron que tienen incertidumbre por saber si podrán regresar a habitar sus viviendas, las cuales quedaron colapsadas y agrietadas por las fuertes lluvias que provocó el meteoro.
En el refugio, habilitado en la cancha techada de basquetbol de esa colonia, unas 61 familias duermen en casas de acampar y se observan lonas de nylon, cartones, trapos y hasta una lona publicitaria de la campaña del edil asesinado, Alejandro Arcos Catalán, que usan como paredes de división y protección.
A Ariane Silvestre Gámez, una de las damnificadas, le sorprendió que la casa que construyó en un predio de la colonia Plan de Ayala, hace más de 20 años, colapsara luego de tres días de lluvia.
Asimismo, recordó que para edificarla tuvo que limitarse económicamente y evitar hacer compras como juguetes o dulces para sus hijos.
Ahora, con el paso del huracán John, el agua agrietó su casa y sólo espera que la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección del Gobierno estatal emita un dictamen para saber si hay peligro de que se caiga.
Desde el 28 de septiembre pasado, Ariane se ha encargado de repartir las raciones de comida que envía la empresa World Central Kitchen, todos los días.
Explicó que el nombre Nueva Esperanza deriva de lo que desean las 61 familias: ser censadas por el Gobierno federal y poder recibir un apoyo para reconstruir sus viviendas o comenzar un movimiento en busca de una reubicación en otra parte de la capital del estado.
Los damnificados denunciaron que, hasta el momento, el alcalde Gustavo Alarcón Herrera no ha acudido a visitarlos para indicarles sobre los trabajos de reconstrucción.
Alarcón Herrera fue nombrado munícipe suplente de Chilpancingo luego del asesinato de Alejandro Arcos Catalán, el 6 de octubre pasado.