El Doctor Patán llama a su comprensión. A la hora de mantener desnorteados a los sectores de –sobre todo– la clase media que mueren de ganas de que el segundo piso sea una socialdemocracia, o de que al menos no nos echemos un clavado franco a la venezolanización, sabemos darles ciertas píldoras de tranquilidad para que no hagan muchas olas.

¿Mantenemos en el cargo al góber de Sinaloa pase lo que pase, porque somos como marines de izquierda y nunca dejamos a un compañero atrás, sin importar lo grave de las acusaciones en contra de ese compañero? Obvio.

¿Desmantelamos al Poder Judicial, y con ello la separación de poderes? Sí. ¿Acabamos con el INAI y le encargamos su chamba a la Función Pública, o sea, le encomendamos al Gobierno que se eche una autosupervisación? Claro. ¿Ponemos en riesgo el T-MEC metiéndole dinero a Pemex y la CFE? Por supuesto.

¿Militarizamos hasta las fábricas de barniz de uñas? Sip. ¿Tratamos de sacar a flote a Cuba, que nos parece un país modelo? Indiscutiblemente. Peeeeeroooo, y ahí está el truco, le echamos buenas maneras digamos que homeopáticamente, cuando es inaplazable y nos funciona.

Así, aguantamos al Rubén pero decimos que las fiscalías son independientes y hay que dejarlas trabajar; acabamos con el Poder Judicial pero Noroña lo dice con traje y corbata; le apostamos el patrimonio nacional al petróleo, pero nombramos encargados con un perfil “técnico” y decimos que nombrar militares no es militarizar.

E, insisto, funciona. No tardan los mensajes de: “Hay que darles el beneficio de la duda” o “Esperemos a las leyes secundarias; no se van a dar un tiro en el pie”, y la transformación, mientras, avanza, implacable, hasta el reino de la utopía.

¿Por qué el llamado a la comprensión? Porque –tal es el motivo de estas reflexiones– no hay método perfecto. Ya saben: errare humanum est y etcétera. Sí: nos equivocamos. Lo digo porque asesinan a un párroco en Chiapas, el Gobierno se apresura a decir que tomará cartas en el asunto, detienen a un “presunto implicado”, el propio Gobierno lo publicita a voz en cuello para calmar tantito las aguas y… ¡bum! Aparece la compañera Pati y dice que le late que el sacerdote estaba relacionado con los criminales.

Para nada es queja, ¿eh? Aquí su Doctor entiende que los seres humanos podemos ser un poco volátiles y por eso, en un mal rato, decir lo que no, y luego arrepentirse. Sobre todo, entiendo que la riqueza de este movimiento está en su diversidad. Ya ven que entra de todo. Pero el precio es alto, caray.

 

      @julipatan09