“Me atrevo a sospechar que el crimen organizado ha rozado a la Iglesia. El sacerdote asesinado en San Cristóbal a decir de muchos tenía bienes que no vienen de la limosna. Menos de una comunidad tan pobre”.
Estas deleznables palabras, mal intencionadas y llenas de cizaña, son producto del “intelecto” de la diputada morenista Patricia Armendáriz Guerra. Las compartió el martes pasado a través de su cuenta de X (antes Twitter) por ahí de las 8:20 de la mañana. Ese mismo martes, pero ya por la tarde, bajó dicha publicación y la sustituyó por otra con la que dizque se estaba disculpando:
“Lamento muchísimo que un twit que pretendía arrojar información a los hechos ocurridos en Chiapas haya generado la opinión de que estaba acusando a una víctima. Pido una disculpa sentida a la Iglesia y a sus familiares porque no fue mi intención. Nadie merece ser manchado con sospechas. Mucho menos un representante de la Iglesia. Por eso baje el twit. Porque reflexione y realmente borre mi comentario por que era más el mal que hacía que el tratar de arrojar luz sobre tan ignominioso acto que me duele tanto como mi amor por Chiapas”. (sic)
(Me disculpo por tan horripilante ortografía).
En ambas publicaciones, esta señora que en su momento pretendió querer ser gobernadora de Chiapas, se estaba refiriendo al sacerdote jesuita y activista Marcelo Pérez Pérez, asesinado el domingo pasado en San Cristóbal de las Casas y quien desde 2015, era beneficiario de medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
El padre Marcelo fue emboscado por dos sicarios que viajaban a bordo de una motocicleta cuando conducía su auto después de oficiar una misa en el barrio de Cuxtitali y le dispararon a quemarropa.
Ese mismo martes que Armendáriz Guerra publicó sus dos infames tuits, las autoridades chiapanecas detuvieron a uno de los dos autores del crimen.
Pero volviendo al primer tuit de esta señora, el que borró o bajó porque, según ella, “hacía más mal que bien” en su intento por “arrojar luz” yo pregunto, ¿qué luz puede arrojar un comentario tan asqueroso y mal intencionado como ese “a decir de muchos tenía bienes que no vienen de la limosna”.
“¿Qué intentabas decir con estas palabras, Patricia, que el padre Marcelo fue asesinado porque se había enriquecido inexplicablemente o por qué andaba en malos pasos? Sea lo que fuera que hayas querido insinuar te pasaste de la raya al llenar de lodo a una persona que ya no se podía defender de tu ponzoña verbal. Eso es una cobardía.
Como también lo es el hecho de haberte llenado la boca con tus señalamientos y después borrarlos como si no lo hubieras dicho. A eso se le llama aventar la piedra y esconder la mano. Sin embargo, tu ignorancia te impidió pensar por un instante que hoy es muy fácil obtener una captura de pantalla desde cualquier dispositivo. El pez por su boca (y por sus letras) muere.
La gente no se equivoca, por eso los chiapanecos no te quisieron como su gobernadora. Ni en Chiapas ni en cualquier parte de este país son bienvenidas las personas cretinas, sin valores y mal educadas… aunque sean egresadas de Columbia y Cambridge.
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