La Iglesia Católica confirmó que el padre Marcelo Pérez contaba con medidas cautelares, y acusó que las autoridades no escucharon sus reiteradas denuncias sobre la violencia en Chiapas.
Esto, en la editorial “Desde la fe” de este domingo, en la que escribió:
“‘La violencia ya no se aguanta’, fueron algunas de las últimas y valientes denuncias del sacerdote Marcelo Pérez, que pudieron no haber sido necesarias si, más allá de las medidas cautelares que tenía, las autoridades lo hubieran escuchado y actuado con determinación”.
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A su vez, la Iglesia reprocha a las autoridades en turno que la “vida del pueblo y la dignidad humana” están en constante amenaza, y qué cuántos activistas más deberán morir para que los “gobiernos y la sociedad reaccionen”.
A la par, califica de “inaudito” que mientras la violencia en el país arrebata vidas miles de vidas como la del padre Marcelo
“Algunos legisladores pretendan dictaminar leyes de muerte y violencia contra la mujer embarazada ¿Por qué se le resta valor a la vida hoy en día?” .
Por lo anterior, apoyaron la exigencia del Episcopado Mexicano de tomar “medidas efectivas para proteger a quienes arriesgan sus vidas por la paz y la justicia”.
El 20 de octubre, día en que fue asesinado el padre Pérez tras oficiar una misa, la ONU-DH indicó que el prelado de origen tsotsil contaba, desde 2025, con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH):
“Debido al riesgo constante que enfrentaba su vida e integridad personal por su labor en defensa de los derechos humanos en Simojovel y otros lugares de Chiapas”.
Además de que organizaciones, tanto nacionales como extranjeras habían advertido públicamente sobre el creciente número de amenazas, agresiones y actos de criminalización en su contra, “los cuales se intensificaron en los últimos años debido a su incansable trabajo en favor de la justicia y los derechos de los pueblos indígenas”, y que:
“El asesinato del Padre Marcelo es absolutamente inaceptable. Su labor era ampliamente reconocida por los pueblos indígenas en Chiapas, y también a nivel internacional. A pesar de contar con medidas de protección y de las constantes denuncias sobre las agresiones que enfrentaba, éstas resultaron insuficientes para impedir su asesinato”.
Desde 2021, el Padre Marcelo lideró marchas y peregrinaciones por la paz, denunciando el incremento de la violencia en diversas zonas de Chiapas.
Se pronunció en diversas ocasiones en contra del crimen organizado y exigió justicia por el asesinato de Simón Pedro, también defensor de derechos humanos.
Además, acompañó a comunidades tzotziles y tzeltales desplazadas ante autoridades estatales y federales, y actuó como mediador en conflictos inter e intracomunitarios.