Borrón y cuenta nueva. Iniciamos sexenio y la costumbre de engañar a los trabajadores con la integración de una nueva organización sindical que velará por sus derechos no podía faltar.

El timador, como siempre, Napoleón Gómez Urrutia, quien ante una tan devaluada reputación tiene la urgencia de que su nombre deje de estar ligado a fraudes, abusos y extorsiones.

No falta quien pueda decir que cualquier intento para defender a los trabajadores es válido, pero cuando este viene de alguien que por décadas se ha hecho pasar por minero engañando y robándose más de mil millones de pesos, pues se sabe que será una estafa más.

El sexenio pasado Napillo intentó lo mismo con otra organización; sin embargo, se quedó prácticamente solo y tuvo que sumar al Sindicato Minero para no hacer tan feo el ridículo.

En esta nueva intentona de dar “atole con el dedo”, también lo fueron dejando solo y de un gran listado de organizaciones se redujo a unas cuantas que sin preguntar a sus agremiados los asociaron con el principal culpable del tope y reducción de las utilidades y quien pretende dar un golpe más al sector obrero al no permitir que los trabajadores hagan horas extras. De ese tamaño es el engaño de los supuestos sindicalistas.

No les importó que Gómez Urrutia, como presidente de la Comisión del Trabajo del Senado, haya podido impulsar iniciativas en favor de los trabajadores y que a lo largo de seis años se haya dedicado sólo a mermar el ingreso de las familias obreras y a intentar acabar con las fuentes de empleo como lo hizo con su propuesta de reforma a la ley minera.

Las banderas de la lucha obrera se denigran con este farsante que no le importa utilizarlas para un beneficio propio, finalmente él sólo es un mentiroso que se hizo de una historia gracias a su padre.

Napillo se ha convertido en un exitoso comerciante donde los trabajadores son su principal producto. Él es dueño de una fortuna de millones de dólares que no es posible comprobar su legitimidad, ahí el verdadero interés en crear organizaciones.

No se necesita una organización más, se necesitan verdaderos líderes que se opongan como lo hemos hecho en el Sindicato Nacional Minero Metalúrgico FRENTE desde hace 14 años; somos voceros de los trabajadores. Fuimos los únicos en amparar a nuestros mineros contra el tope de las utilidades, los únicos en protestar y marchar por los malos servicios de salud, por la eliminación de las horas extras, por las falsas huelgas y manipulación por parte de Napillo y lo seguiremos haciendo.

Los trabajadores tenemos más enemigos: los falsos predicadores y defensores de los derechos laborales, de ellos deberemos cuidarnos, ya que lo que defienden es su permanencia y privilegios en las cúpulas sindicales.

Invito a los trabajadores a reflexionar sobre  los verdaderos objetivos de estas supuestas nuevas organizaciones y a los representantes obreros que siguen apoyando y defendiendo a Napillo les hago un llamado a voltear a ver a los trabajadores, a buscar la verdadera justicia y retomar la lucha social.

Por cierto, ¿tampoco sabían que cuando Gómez Urrutia estuvo en Altos Hornos cobraba a nombre de los trabajadores 18 millones de pesos anuales y que recientemente su esposa se burló de esos mismos trabajadores? Curiosamente, hoy Napillo impulsa la creación de una cooperativa de 3 mil millones de pesos para rescatar esta empresa. Si le robó mil millones a los mineros qué no podrá hacer con la cooperativa.

 

        @CarlosPavonC