El Día de Muertos es una de las celebraciones más emblemáticas de la cultura mexicana y una de las más características fuera de nuestro país
Foto: Cuartoscuro  

El Día de Muertos es una de las celebraciones más emblemáticas de la cultura mexicana y una de las que más caracterizan a nuestro país en el extranjero, pero más allá de causar admiración, algunos países, sobre todo Estados Unidos, países de Centro y Sudamérica y otros como Filipinas y Haití trasladan esta tradición a sus dominios.

Estados Unidos y la comunidad latina

Aunque en Estados Unidos la celebración por excelencia es el Halloween (proveniente de las costumbres paganas practicadas en Irlanda), las comunidades latinas que se han establecido, sobre todo en ciudades fronterizas, han migrado también algunas costumbres y celebraciones, entre ellas el Día de Muertos.

Sin pelearse con la costumbre norteamericana de pedir dulces el 31 de octubre, las familias mexicanas que viven del otro lado de la frontera, replican, en la intimidad de sus hogares, la tradición de la ofrenda, del dulce de calabaza y del pan de muerto (quizá casero), pero en fechas recientes y sobre todo después de la incursión de Disney en el tema con películas como Coco y El árbol de la Vida, el Día de Muertos se ha trasladado a la vida pública de EU.

Desde la década de los setenta se tiene registro de murales alusivos al Día de Muertos en calles de California, creados por artistas chicanos; hoy en día, en ciudades con grandes poblaciones de mexicanos como Chicago, Los Ángeles y San Antonio (por mencionar algunas) se realizan desfiles, exposiciones, megaofrendas y ferias callejeras en las que muchos estadounidenses buscan participar.

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Centro y Sudamérica

Identificada como una tradición exclusiva de México, te sorprendería saber que varios países de Centro y Sudamérica celebran también el Día de Muertos con rituales y simbolismo muy parecidos a los nuestros.

El Salvador

En El Salvador se celebra el 1 de noviembre el Festival de la Calabiuza, donde las personas se disfrazan de calaveras y seres mitológicos locales y pasean por las calles de Tonacatepeque pidiendo ayote (calabaza con miel).

La calabiuza es un morro seco, perforado, que simula los ojos, nariz y boca, con una vela encendida adentro que se coloca en la calle para mostrarles a los santos difuntos el camino por donde deben pasar para llegar a su casa”, describe el sitio oficial de la tradición salvadoreña.

Guatemala

En Guatemala, exactamente en el poblado de Santiago Sacatepéquez, también se realiza una celebración, el 1 y 2 de noviembre, llamada Fiesta de Papalotes (barriletes) Gigantes, cuya tradición consta de escribir mensajes dirigidos a los difuntos con la creencia de que al elevarse se crea un canal de comunicación entre el mundo espiritual y el terrenal por el que los podrán recibir.

Bolivia y regiones andinas de Argentina

En estas zonas de América podemos encontrar similitudes con la tradición mexicana en lo que respecta al consumo de pan de muerto.

Las tantawawas o guaguas son el típico pan de muerto que se consume en aquellas regiones del mundo durante las festividades del Día de Todos los Santos, se caracterizan por su forma antropomorfa y su decoración con coloridas caras, haciéndolo un elemento esencial en el montaje de sus ofrendas.

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Filipinas

En este país, la celebración del Día de Muertos lleva por nombre “Araw ng mga Patay” o “Undas.” Con sus diferencias respecto a la festividad mexicana, para los filipinos la tradición se centra en visitar los cementerios para limpiar y decorar las tumbas, poner velas y hacer oraciones para honrar a sus seres queridos fallecidos.

Haití

Una celebración diferente pero significativa es lo que ocurre los días 1 y 2 de noviembre en Haití. A diferencia de las tradiciones mexicanas más arraigadas en lo católico, los haitianos creen que los muertos regresan a la vida en esos días en forma de espíritus llamados “Gede”.

Su celebración consta de danza, música, ofrendas de comida, alcohol (ron) en ceremonias y procesiones llenas de significados como la conexión entre el mundo de los muertos y los vivos.