El dato es devastador: cada año en el mundo cerca de dos millones de niñas menores de 15 años son madres. Hay historias de terror.

A la pesadilla del abuso sexual —porque a esa edad no hay consentimiento—, le sigue la del embarazo forzado y, en algunos casos, la criminalización proveniente de autoridades carentes de perspectiva de género, insensibles, con acusaciones como la ahora enfrentada por Esmeralda, en Querétaro: homicidio.

El caso de la niña de 14 años, originaria del municipio de Huimilpan, revela una lamentable indolencia de la Fiscalía de Justicia estatal. De acuerdo con la asociación ADAx Digitales, Esmeralda fue víctima de violación, quedó embarazada y sufrió un aborto espontáneo, pero fue reclasificado como homicidio calificado; las autoridades dicen que el bebé nació vivo y murió por estrangulamiento.

Un caso prototípico de revictimización, ante el cual la presidenta Claudia Sheinbaum cuestionó la criminalización y pidió a la secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, apoyar a la familia.

El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, aún cuando había descartado la violación, ya pidió sensibilidad y priorizar el interés superior de la niñez y la perspectiva de género.

En México, advierte Save The Children, dirigida por Dirk Glas —y hasta junio pasado por Maripina Menéndez—, las complicaciones relacionadas con el embarazo adolescente son la sexta causa de muerte en mujeres. Una situación detonada por el abuso sexual, generalmente perpetrado por personas cercanas a la víctima: familiares, “amistades” de la familia o maestros. Los tíos abusadores son más frecuentes de lo que se cree.

Es una condición devastadora para las niñas. Las excluye de sus entornos educativos y sociales, limita sus oportunidades de desarrollo y aumenta su vulnerabilidad ante situaciones de pobreza, violencia y marginación.

Más de 80 por ciento de los abusos ocurren en espacios cerrados, principalmente en el hogar, donde es necesario visibilizar y exponer las violencias, y frente a las cuales es necesario fortalecer una mirada ciudadana, evaluar estrategias de videovigilancia en sitios cerrados o privados.

Desde la Ciudad de México, con el impulso de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, la línea SOS Mujeres *765 contribuye a visibilizar y denunciar las violencias, así como sacar a los agresores de casa. El número de emergencia 911, operado por el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), permite activar una reacción inmediata y fortalecer la probabilidad de capturar al victimario. También está la línea de denuncia anónima para eventos ocurridos incluso no recientemente.

El abuso sexual infantil es un problema a reconocer y erradicar, porque una niña madre es una niña víctima.

 

     @guerrerochipres