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Este miércoles, la canciller de la Hacienda del Reino Unido, Rachel Reeves, presentó el primer presupuesto laborista en casi 15 años, introduciendo aumentos de impuestos sin precedentes destinados a reavivar los servicios públicos y estabilizar las finanzas nacionales. El presupuesto llega en medio de los esfuerzos del Partido Laborista por restaurar la confianza económica, prometiendo abordar el “agujero negro” de 22 mil millones de libras que el partido afirma haber heredado de sus predecesores conservadores, que gobernaron entre 2010 y 2024.

Reeves esbozó medidas radicales, incluido un aumento de impuestos de 40 mil millones de libras, el mayor desde 1993, diseñado para apuntalar el Servicio Nacional de Salud (NHS) en dificultades y rejuvenecer el sector educativo. La salud pública recibirá el impulso más significativo, con 22.6 mil millones agregadas a las operaciones diarias del NHS y una asignación de 3.1 mil millones para proyectos de infraestructura críticos. También se prevé que aumente la financiación de la educación, con mil 400 millones de libras para renovaciones escolares, lo que promete mejoras para más de 500 planteles.

En el frente fiscal, Reeves propuso aumentos sustanciales para las empresas, que ahora se enfrentarán a un aumento en las contribuciones al Seguro Nacional, de 13.8% a 15%. Por otro lado, los impuestos más altos sobre las ganancias de capital, las viviendas adicionales y ciertas herencias también marcan un cambio con respecto a las políticas fiscales anteriores del propio laborismo. Cabe destacar que Reeves defendió sus decisiones afirmando que ningún aumento afectaría a los “trabajadores“, aunque los críticos argumentan que estas medidas podrían afectar indirectamente sus salarios.

Las reacciones del mercado al presupuesto de Reeves fueron relativamente estables, y los rendimientos de los bonos del Estado aumentaron ligeramente. No obstante, se evitaron los fuertes aumentos observados durante el turbulento minipresupuesto de 2022 bajo el mando de Liz Truss.

La funcionaria no eludió los temas polémicos. Su decisión de congelar los umbrales del impuesto sobre la renta hasta 2028 provocó críticas. Reeves insistió en que estas medidas eran necesarias para salvaguardar la estabilidad financiera del Reino Unido y evitar una mayor austeridad, un marcado contraste con las políticas de la era del Partido Conservador que cubrió los mandatos de David Cameron hasta el de Rishi Sunak.