A sólo un día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump mantienen una cerrada contienda en la que ambos apelan al fervor y la controversia para atraer a los votantes de estados clave. Según la última encuesta del New York Times/Siena, ambos están técnicamente empatados en varios de los llamados estados pendulares, donde las diferencias podrían ser de sólo decenas de miles de votos.
Durante el fin de semana, la demócrata y el republicano concentraron sus esfuerzos en estos territorios disputados. La vicepresidenta enfocó su campaña en Míchigan, mientras recordó la promesa de un futuro “más equitativo y unido”. En tanto, el expresidente intensificó sus mítines en Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia, con promesas de acabar con la inflación y detener lo que llama “invasión” de migrantes.
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Los discursos de ambos candidatos no sólo fueron intensos, sino también personales. la vicepresidenta instó a sus seguidores a “pasar página” sobre el magnate, al calificarlo de “inestable” y “obsesionado con la venganza”. En respuesta, el candidato republicano tachó al Partido Demócrata de ser una “máquina corrupta”, y a la exfiscal, de “marxista” y “comunista”, mientras reafirmó su papel como líder de su movimiento Make America Great Again.
Hasta ahora, más de 77 millones de personas emitieron su voto anticipado en un proceso considerado extraordinario, marcado por el retiro de un presidente de la contienda por la reelección, ya que en julio, Joe Biden renunció a la candidatura en favor de Harris.
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Mientras tanto, el New York Times lanzó un editorial en el que abiertamente exhortó a los estadounidenses a votar en contra del líder conservador, al advertir que su regreso podría representar un riesgo para la democracia y la estabilidad nacional. Según el periódico, su posible reelección amenazaría los derechos civiles y profundizaría las divisiones en la sociedad.
Con dos visiones opuestas y una retórica combativa, la elección de mañana representa no sólo una decisión política, sino una bifurcación en el rumbo de Estados Unidos. En un clima de polarización, la nación aguarda un desenlace que, para muchos, definirá el curso de los próximos años.