Emmanuel Macron, presidente francés, asistirá al partido de fútbol entre Francia e Israel, pese a que el evento se catalogó “de alto riesgo” por las autoridades del país.
El evento, que se realizará este jueves en el Stade de France, ocurre en medio de una creciente tensión tras los recientes ataques contra la comunidad judía en Ámsterdam.
Ante la situación, el prefecto de policía de París, Laurent Núñez, informó que se desplegarán aproximadamente cuatro mil quinientos policías y mil 600 agentes de seguridad que contrató la Federación Francesa de Fútbol (FFF) para reforzar no solo dentro del recinto, sino también en el perímetro, transporte público y puntos clave de la capital.
En esta ocasión, la movilización de efectivos será mayor a la habitual, con el objetivo de “ser extremadamente reactivos y prevenir cualquier exceso, cualquier alteración del orden público, ya sea durante el partido, ya sea en las inmediaciones del partido, ya sea en la ruta de los espectadores que vayan al partido”.
Macron indicó que su decisión sobre asistir al espectáculo, en el que ya se vendieron 20 mil entradas, tiene como objetivo “mostrar todo su apoyo a la selección francesa, como hace en cada partido”.
Además, destacó que su presencia busca “enviar un mensaje de fraternidad y solidaridad tras los actos de antisemitismo” en Europa, donde seguidores del club israelí Maccabi Tel Aviv, fueron víctimas de “atropello y fuga” por parte de militantes propalestinos.
Ante la situación, funcionarios israelíes instaron a sus ciudadanos en el extranjero evitar portar “símbolos israelíes o judíos reconocibles”, además de recomendar evitar asistir al partido.
“El Consejo de Seguridad Nacional recomienda a los israelíes en el extranjero que actúen con precaución (…) especialmente durante la próxima semana, para evitar por completo viajar a encuentros deportivos y eventos culturales en los que participen israelíes, especialmente al próximo partido del equipo israelí en París”, expresaron mediante un comunicado.