Frente al desafío de la creciente alianza entre Rusia, China, Irán y Corea del Norte, las recientes conversaciones entre el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en París, han resaltado las urgentes prioridades transatlánticas.
Con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, los líderes europeos temen un posible cambio en el apoyo de Washington a Ucrania, ya que el expresidente ha criticado enérgicamente la ayuda financiera y militar de su país a Kiev. Durante su campaña, el empresario afirmó que podría resolver el conflicto, que en febrero próximo cumplirá tres años, en “un día,” aunque sin especificar cómo.
Desde la capital francesa, Rutte subrayó que, aunque el apoyo de la OTAN ha contenido a Rusia, la ayuda continua es esencial para “cambiar la trayectoria” de la guerra en favor de Ucrania. Asimismo, el ex primer ministro neerlandés reiteró su preocupación por la creciente participación militar de Corea del Norte y el uso de drones iraníes en apoyo a Rusia, advirtiendo que esta coalición autoritaria amenaza tanto a Europa como al Indopacífico y América del Norte.
El regreso de Trump, un escéptico de la OTAN, ha intensificado la inquietud en el “Viejo Continente”. Macron, reiterando su llamado a una “Europa fuerte”, señaló recientemente que los aliados deben reforzar sus capacidades de defensa y reducir su dependencia del poder militar estadounidense. En 2018, el galo propuso la creación de un ejército europeo que complemente el escudo protector de la OTAN, una postura que respaldó la entonces canciller alemana Angela Merkel.
La autosuficiencia europea también es impulsada por el primer ministro británico, Keir Starmer, quien está presionando para que el presidente saliente, Joe Biden, agilice fondos adicionales por 20 mil millones de dólares para Ucrania antes de la transición a Trump.
Por su parte, la próxima jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, insistió que, sin el respaldo económico de China, la maquinaria bélica de Rusia flaquearía. Kallas ha urgido a la OTAN y a Bruselas a prepararse para un apoyo militar de largo plazo a Ucrania, incluida una posible invitación de adhesión a la alianza militar, paso que considera esencial para la seguridad europea.
El almirante Rob Bauer, jefe del Comité Militar de la OTAN, advirtió que cualquier acuerdo que conceda conquistas territoriales a Moscú envalentonaría a otras autocracias y debilitaría las normas internacionales sobre soberanía.