La selección mexicana enfrenta un escenario crítico de cara al partido de vuelta contra Honduras.
Después de un deslucido desempeño en el partido pasado, una derrota en esta serie no solo comprometería su pase a la Copa Oro 2025, sino que también podría tener consecuencias devastadoras para el fútbol nacional, tanto a nivel deportivo como institucional.
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Si México no logra remontar y queda eliminado, se abriría un escenario caótico: tendría que disputar un repechaje contra selecciones de menor jerarquía, pero no exentas de peligro, como Trinidad y Tobago. Esto mancharía la reputación del equipo y generaría dudas sobre su capacidad competitiva en la región.
La Concacaf Nations League representa una oportunidad invaluable para el desarrollo del fútbol mexicano en términos de experiencia competitiva y exposición mediática. La ausencia de México en este torneo tendría un impacto económico significativo, considerando los ingresos por derechos de transmisión, patrocinadores y taquilla.
Así mismo una eliminación podría intensificar el malestar de la afición, ya golpeada por decepciones recientes como la actuación en el Mundial de Qatar 2022. El Azteca, una vez un templo de apoyo incondicional, podría convertirse en un escenario de abucheos y críticas constantes.
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Más allá de lo deportivo, el fracaso obligaría a la FMF a replantear su estructura y procesos de decisión, desde la selección de técnicos hasta la planeación de competencias.
Esto podría retrasar el progreso del fútbol mexicano a nivel internacional y erosionar la confianza en los directivos.