Lo nuevo en el PAN no es sólo la búsqueda de impunidad de su líder luego de haber sido acusado de homicidios culposos por negligencia y corrupción en las obras de la alcaldía que gobernó él y sus cómplices sino la necesidad de mostrar un partido fuerte aunque no sea realidad.

Lo cierto es que el PAN está muy frágil y su punto más débil es la falta de militantes. Por esta circunstancia se adelantaron a cualquier conteo oficial y dieron sus propios números. Saben que les hace falta gente y que es necesario un esfuerzo adicional para no perder el registro.

Es costumbre de los panistas engañarse a sí mismos, acostumbran dar cifras alegres en las campañas, contratan casas encuestadoras que les endulzan el oído con una fuerza ficticia de sus candidatos y aseguran encontrarse en empate técnico con sus contrincantes, cuando en realidad tienen una gran deficiencia de intención del voto.

A la llegada del delincuente Jorge Romero, era necesario mostrar fuerza, aunque todos supieran que era una ficción más de los panistas y decidieron hacer un conteo de militantes, con nombres repetidos y credenciales falsas o alteradas. La urgencia era demostrar que ya no tenían pocos militantes y que la segunda fuerza electoral de México todavía respiraba.

Desde la víspera de las elecciones internas en ese partido los panistas anunciaron un padrón de más de 300 mil militantes, cuando, el último padrón del INE, que es el único que tiene validez, reportaba en agosto de 2023, sólo 277 mil 665 afiliados. El INE realiza cada tres años el padrón oficial.

La votación fue desairada por la mayoría de los militantes, algunos de ellos renunciaron ya al partido sin tomarse la molestia de darse de baja. Es decir, la legitimidad del líder Jorge Romero, es muy poca y, además hay rechazo generalizado hacia su persona en buena parte de lo que queda de la militancia. Sabe que es culpable, que hay pruebas en su contra, que las denuncias penales no las levantó el gobierno de la capital sino las víctimas y sus familiares, por eso ahora quiere chantajear a todos con una actitud de fuerza ficticia de su partido, todo México que es parte de la delincuencia autorizada, no organizada porque el caos empieza a imperar a su alrededor.

Ante esta realidad el PAN tomó la iniciativa y decidió contar a sus militantes para desactivar cualquier duda sobre su fragilidad, resultando que su condición no es buena, aún dentro de los parámetros que ellos dicen tener.

De agosto del año pasado a la fecha han surgido dos factores que no le favorecen al PAN, el primero, el padrón electoral creció; en segundo, hubo un gran número de deserciones.

Pero según los panistas y su nuevo conteo en este momento cuenta con 302 mil 982 militantes.

Tomando como referencia el padrón electoral de hace 15 meses, el PAN debe tener mínimo 261 mil 580 afiliados, es decir el 0.26 por ciento del Padrón Electoral Federal.

El último corte del padrón electoral del país se realizó con fecha 14 de noviembre de 2023; es decir, hace poco más de un año. No hay números del padrón actualizado todavía, pero se calcula que el Padrón Electoral del país cuenta con 100 millones 607 mil 967 ciudadanos inscritos, cuyo 0.26 por ciento equivale a 261 mil 580.

Oficialmente el PAN tiene, según el INE, 277,665 militantes, pero podría tener menos. En ese mismo conteo Morena contó hasta el 31 de agosto del año pasado con 2’322,136, pero según los cálculos en el próximo padrón organizado por la autoridad electoral podría superar, con mucho los 10 millones de afiliados.

No cabe duda de que han salido miles de militantes del PAN, incluso se ha dado el lujo de expulsar gente, se olvida que debe mantener un mínimo de personas afiliadas para tener registro.

La llegada de Romero nada cambia la esencia del partido al que le dio la espalda la población del país, anunció que una de las grandes batallas de sus legisladores sería en el campo de batalla del presupuesto en el Congreso, se olvidan que en el Congreso menos que en ningún otro espacio tienen voto.

Sin embargo, llevaron, como siempre, botargas, cartulinas, letreros, dibujos de bolsas de dinero gigantescas, gritos y sombrerazos, adoptada como la gran batalla política que les da espacio en los medios pero no les otorga fortaleza. Al parecer es la única oportunidad que tendrá el PAN de lucirse antes de la gran debacle.

El PAN anda mal y todo parece que estará peor.

PEGA Y CORRE.- Se quiere colar gente extraña a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la hija de Olga Sánchez Cordero quiere ser ministra, como su mamá; y la fiscal de Felipe Calderón, Marisela Morales Ibáñez, también quiere ese cargo, después de unas largas vacaciones en Milán, Italia. El pretexto es que debe haber igualdad de circunstancias en la competencia, pero lo que no dicen es que los antecedentes familiares y penales también cuentan… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.