Israel bombardeó una instalación de Hezbolá en el sur de Líbano, lo que puso en duda la estabilidad del alto el fuego alcanzado un día antes tras trece meses de enfrentamientos transfronterizos y dos de guerra abierta. Según el ejército israelí, el ataque frustró una “amenaza terrorista” al destruir un almacén de cohetes de medio alcance.
El alto el fuego, mediado por Francia y Estados Unidos, permitió a decenas de miles de libaneses regresar a sus hogares en medio de la devastación. En localidades como Qlaaya, los habitantes celebraron el despliegue del ejército libanés, mientras clamaron por estabilidad. Sin embargo, las fuerzas armadas de Líbano aún no avanzan hacia zonas bajo control israelí, un punto del acuerdo que estipula un retiro de Israel durante los próximos 60 días.
A pesar de la tregua, dos civiles resultaron heridos en Markaba por fuego israelí. Desde Hezbolá, su líder Hasán Fadlalá aseguró que cooperan con el despliegue militar libanés y negó la existencia de “bases o armas visibles” en el sur, mientras reivindican haber logrado una “victoria” frente a Israel, a pesar de los golpes sufridos en su estructura y capacidades militares.
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El conflicto dejó un saldo de al menos tres mil 961 muertos en Líbano y 129 en Israel, entre civiles y militares. La devastación se suma a la profunda crisis política y económica de Líbano, que busca recomponerse tras años de parálisis.
Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, endureció su postura, al advertir que cualquier violación de la tregua por parte de Hezbolá resultará en una “guerra intensiva”. Además, reafirmó su compromiso de impedir que Irán desarrolle armas nucleares, al destacar que redirigirá recursos para enfrentar esta prioridad estratégica.
Irán, por su parte, fue señalado como el principal proveedor de armamento de Hezbolá y sostiene un programa nuclear que, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), está cerca de fabricar una bomba. Aunque Teherán insiste en que sus fines son pacíficos, los cruces verbales entre Irán e Israel incrementan las tensiones regionales.