Aunque Donald Trump asumirá oficialmente la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero, su retórica y acciones recientes sugieren que ya se encuentra operando como jefe de Estado. En un mensaje en su plataforma Truth Social, el presidente electo emitió un contundente ultimátum a Hamás, en donde exige la liberación inmediata de los rehenes capturados el 7 de octubre de 2023, entre los que se encuentran al menos siete estadounidenses.
El magnate republicano advirtió que, de no cumplirse esta demanda antes de su investidura, los responsables enfrentarán la respuesta más severa jamás aplicada por Estados Unidos en la región. “LIBEREN A LOS REHENES AHORA”, subrayó, asegurando que “desatará un INFIERNO en Oriente Medio”.
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Este pronunciamiento se da en un contexto de creciente tensión en la región y mientras el presidente en funciones, Joe Biden, mantiene un tono más conciliador. Biden lamentó la muerte del soldado estadounidense-israelí Omer Neutra, de 21 años, asesinado en los ataques de Hamás, y reafirmó su compromiso de lograr el regreso seguro de los rehenes.
El tono beligerante del líder conservador de Estados Unidos recuerda a su histórica decisión de reconocer Jerusalén como capital de Israel en 2017, lo que llevó a Hamás a declarar que esa medida “abría las puertas del infierno” para los intereses estadounidenses. La polarización en la política exterior de Washington parece persistir, ahora con Trump anunciando estrategias sin aún ocupar formalmente el Despacho Oval.
La amenaza del presidente electo marca el inicio de un periodo de incertidumbre diplomática, con implicaciones potencialmente devastadoras para una región ya fragilizada por décadas de conflicto, mientras la comunidad internacional observa con atención si este discurso retórico se traducirá en una política más agresiva tras el traspaso de poder.
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leo