Después del operativo en una enorme plaza del Centro Histórico de la CDMX, que lleva años vendiendo sin ningún control productos pirata provenientes principalmente de China, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard declaró: ¡Se acabó la fiesta en las aduanas que han permitido este delito (sic)!

El problema es que la fiesta inició en 2022, cuando Andrés Manuel López Obrador crea la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) con la finalidad de limpiar las aduanas de corrupción y cede el control operativo de éstas al Ejército.

Las 50 aduanas del país están bajo la responsabilidad de la ANAM y han pasado por su dirección Horacio Duarte, Rafael Marín y André Foullon. ¿Alguien nos puede explicar cómo estuvo la fiesta entre los chinos y las autoridades aduaneras de México durante todo este tiempo?

A esta “fiestecita” también fueron invitados las autoridades de las secretarías de Hacienda, Economía, Seguridad Pública, Gobierno de la CDMX y alcaldías, etcétera. ¿Puede alguien explicar quiénes permitieron este enorme comercio ilegal que viene operando con total impunidad desde hace años?

¿Ahora se vienen a enterar de que México está inundado de productos chinos pirata de todo tipo? Va a resultar que Trump tiene razón.

Si los productores de China pueden exportar sus mercancías “legales” o piratas a todo el mundo a precios irrisorios es porque los obreros chinos trabajan en condiciones similares a la esclavitud, porque en esa nación no se respeta la propiedad intelectual y cuentan con subsidios de todo tipo. A eso se le llama “dumping”, una de las prácticas prohibidas en los tratados de comercio internacionales. Incluido el T-MEC.

Estados Unidos viene demandando que entre las “mercancías” que China exporta a nuestro país de forma ilegal está el fentanilo, que los narcotraficantes transforman en droga y que es la causa más común de muertes por sobredosis en EU. El fentanilo es, sin duda, parte de la fiesta.

En 2018, inició la guerra comercial entre Estados Unidos y China, cuando China decidió que tenía que terminar con la hegemonía de EU en el mundo e imponer la suya. Ya para entonces, el otrora Estado Comunista Chino había desaparecido para ser sustituido por una corporación autoritaria liderada por Xi Jinping, quien para perpetuarse en el poder, no ha dudado en eliminar a todos sus enemigos.

Desde entonces, México se convirtió en un objetivo estratégico en su guerra comercial con EU. En el sexenio anterior se duplicaron las importaciones desde China; a julio de  2024 importamos de China 81 mil 500 millones de dólares (mdd) y les exportamos sólo 18 mil 800 mdd. ¡Tenemos un déficit comercial de 62 mil 700 mdd, que es el equivalente casi al total de las remesas recibidas en México!

Hoy, tenemos 21 marcas chinas de autos que ya son una tercera parte del mercado automotriz de nuestro país. ¡Sólo se fabrica una en México! ¿Cuántos empleos mexicanos estamos perdiendo en esta competencia absolutamente desleal?

La razón para integrarnos en el bloque comercial más poderoso del mundo fue detonar el crecimiento y la prosperidad de nuestro país y de la región. China no sólo se aprovecha ilegalmente de nuestros mercados, puede además provocar el fin del T-MEC.

Si el país asiático quiere participar en nuestros mercados tiene que ser en condiciones de competencia leal en todos sentidos. No podemos ser el trampolín de China en su guerra comercial con EU.

Si va a comprar un producto chino, por ejemplo, un auto, piénselo dos veces; los hechos en México son mucho mejores, se respetan las reglas comerciales y defendemos nuestros empleos. ¡La fiesta tiene que acabar ya!

 

@Pancho_Graue

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