El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, declaró su intención de alcanzar una paz “justa y duradera” con Rusia, tras una reunión en París con Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, y el mandatario francés, Emmanuel Macron. El encuentro, celebrado en el Palacio del Elíseo, se realizó en medio de la creciente incertidumbre sobre el apoyo estadounidense a Ucrania bajo el próximo gobierno republicano.
Zelenski, quien suavizó su postura en los últimos meses ante la complejidad del conflicto y el desgaste en el frente, aseguró que la paz debe contar con garantías de seguridad que impidan una nueva agresión rusa en el futuro. No obstante, también dejó entrever que Ucrania podría aceptar concesiones territoriales temporales, siempre que estas sean respaldadas por el apoyo armamentístico de Occidente y la protección de la OTAN.
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En una declaración en la red Truth Social, el magnate afirmó que Ucrania estaría dispuesta a negociar y “detener la locura”, aunque evitó dar detalles sobre cómo planea concretar esa solución. Sin embargo, el Kremlin mantuvo su postura inflexible, exigiendo que Kiev renuncie a cuatro regiones ocupadas como condición previa para cualquier diálogo.
Durante la reunión trilateral, Macron actuó como mediador en un intento de acercar posiciones. Un alto funcionario ucraniano reveló que los líderes discutieron “condiciones clave” para garantizar una paz sostenible, aunque los detalles se mantienen en reserva. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó a Ucrania de negarse a negociar y recordó un decreto de 2022 que descarta conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin.
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En paralelo a los gestos diplomáticos, el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania, valorado en 988 millones de dólares. El envío incluye drones, municiones para sistemas HIMARS y equipos para artillería pesada, tanques y vehículos blindados. Este respaldo contrasta con la posible reducción de apoyo bajo la administración del republicano, lo que agudiza la incertidumbre en Kiev.
Mientras tanto, en el terreno, las fuerzas rusas reportaron avances significativos. Moscú afirmó haber derribado 46 drones ucranianos, además de tomar el control de la aldea de Blahodatne, en el este de Ucrania. Estos desarrollos evidencian la intensidad del conflicto, que ya ha cobrado la vida de más de 43 mil soldados ucranianos y dejado 370 mil heridos, según cifras ofrecidas por Zelenski.