ALARMA. La tasa de natalidad en Japón alcanzó un mínimo histórico, lo que evidencia una crisis demográfica sin precedentes.
Foto: AFP | ALARMA. La tasa de natalidad en Japón alcanzó un mínimo histórico, lo que evidencia una crisis demográfica sin precedentes.  

En un movimiento que busca equilibrar la vida laboral y personal de sus empleados, el gobierno de Tokio introducirá una semana laboral de cuatro días para su personal, con el objetivo de incentivar a las parejas jóvenes a formar una familia y revertir la alarmante disminución de la natalidad en Japón.

La medida, anunciada por la gobernadora Yuriko Koike, entrará en vigor en abril de 2025 y permitirá a los funcionarios públicos tomarse tres días libres cada semana.

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“Revisaremos los estilos de trabajo con flexibilidad, para asegurar que nadie tenga que renunciar a su carrera debido a eventos de la vida como el embarazo, el parto o el cuidado de los niños”, afirmó Koike durante un discurso ante la Asamblea Metropolitana de Tokio.

Japón enfrenta un desafío demográfico crítico, ya que la tasa de fertilidad nacional, que en 2022 alcanzó un mínimo histórico de 1.2 hijos por mujer, está lejos del 2.1 necesario para mantener la estabilidad poblacional. Según datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar del país asiático, el año pasado sólo se registraron 727 mil 277 nacimientos, la cifra más baja jamás reportada en el país.

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Entre los factores detrás de esta tendencia, destaca la cultura laboral japonesa, conocida por sus largas jornadas que obligan a muchas mujeres a elegir entre una carrera o formar una familia. La brecha de género en la participación laboral sigue siendo significativa, con una tasa del 55 por ciento para mujeres frente al 72 por ciento para hombres, según datos del Banco Mundial.

Además de la semana laboral reducida, el gobierno de la capital nipona implementará medidas para que padres con hijos en edad escolar puedan ajustar sus horarios laborales, al priorizar la convivencia familiar. “Es momento de que Tokio tome la iniciativa para proteger y mejorar la vida y la economía de nuestro pueblo”, añadió la gobernadora de la urbe más poblada del país.

La iniciativa japonesa también resuena con esfuerzos en otros países desarrollados como Singapur y Bélgica, donde este año se impulsaron directrices para considerar esquemas laborales más flexibles.