El Die Hard de 2024 nos da lecciones de cómo contar historias queer diversas.

¿Qué pensarías de un Die Hard pero en televisión?

Ya saben, esa película de Bruce Willis en donde había un asalto en plena Nochebuena, y que mucha gente se debate si será una película de Navidad o no.

Imagínense que esto fuera una serie, situada en Londres y con un misterio de espionaje en lugar de un crimen simple. Además de subtramas con trasfondo queer.

Es entonces que tenemos Black Doves, una serie nueva de Netflix en donde Keira Knightley y Ben Whishaw interpretan a dos espías trabajando para un organización secreta, pero en esta misión las cosas se tornan personales cuando Helen (Keira) tiene un amorío con una de las víctimas.

El caso se vuelve más y más complicado, sobre todo cuando vemos que Sam (Whishaw) revela su complicado pasado a la audiencia, y cómo este se intercala con su presente.

Es refrescante ver una serie de espionaje con un protagonista LGBT+, por lo cual, aunque la historia de Helen está llena de intriga y añade tensión al misterio central, todo lo relacionado a Sam es lo que hace de la serie algo único en televisión, y todo lo relacionado con su personaje.

En primera, es importante ver a personajes de la comunidad queer involucrarse en este tipo de géneros, generalmente catalogados como heterosexuales y completamente masculinos. Pero no, el trauma detrás del protagonista, y sus razones para ser un asesino no tiene nada que ver con su sexualidad, si no más con dónde y cómo creció. Es innovador para las series de espías.

Por otro lado, Sam y su relación con Helen es íntima, sin tabúes ni tensiones sexuales de ningún tipo. Estamos tan acostumbradxs a ver una subtrama romántica y heterosexual entre estas figuras que el observar una amistad leal y fructífera realmente añade corazón a la historia.

Por último, el entorno alrededor de Sam es genuinamente real y tiene distintas capas. Son relaciones humanas y complejas, sin ignorar cómo el rol de Sam como asesino, y los secretos que debe conservar como parte de su trabajo, juegan un papel clave dentro de la historia y del desarrollo de los personajes.

Ojalá Netflix siga haciendo series como Black Doves, donde se cuenten narrativas complejas con personajes LGBT+ al centro, y que no necesariamente lxs encasille en estereotipos.

 

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