El recorte de 13 mil 476 millones de pesos que aplicaron Morena y sus aliados al presupuesto solicitado por el INE pone en jaque a la elección de los juzgadores del bienestar, aunque en el gobierno digan lo contrario.

 

El INE había solicitado 33 mil 121 millones de pesos para el 2025, considerando 13 mil 200 millones para la elección del nuevo Poder Judicial del bienestar, pero el partido del gobierno se los negó.

 

Con este nuevo escenario, el INE ya no podrá instalar las más de 170 mil casillas que se utilizaron en la elección federal de junio pasado, ni podrá contratar a los más de 60 mil capacitadores necesarios para instruir a los ciudadanos sobre cómo llevar a cabo la elección.

 

Tampoco se podrá ofrecer el apoyo mensual que se entrega a los capacitadores ni los alimentos que se entregaban al personal de las casillas.

 

En su lugar, el INE planea instalar “centros de votación’’, a los cuáles deberán llegar los ciudadanos para sufragar por candidatos que no conocerán, para puestos que la mayoría de los mexicanos ni siquiera ubica.

 

Para la elección federal de junio pasado, en la que se eligieron 629 cargos, incluido el de presidente, el INE gastó más de 9 mil  millones de pesos.

 

En junio próximo, se elegirán 881 jueces, magistrados y ministros, por lo que el presupuesto estimado aumentó hasta los 13.2 mil millones de pesos.

 

Además de los ajustes en la logística, Guadalupe Taddei tendrá que ahorrar también en la calidad del papel para la impresión de boletas, para los candados de seguridad que debe tener cada papeleta y hasta en la calidad de la tinta.

 

Si cada boleta electoral costó, por ejemplo, 1.80 pesos en junio pasado, ahora tendrá que hacerlo a un costo significativamente menor, con los riesgos que existen para la credibilidad del proceso.

 

Ahorcar presupuestalmente al INE pareciera tener la intención de hacerlo fracasar en el proceso electoral futuro.

 

De ahí a su desaparición, solo hay una orden de ya saben dónde para ya saben quién.

 

Pero sin duda, quien más pierde será la ciudadanía que acudirá a los centros de votación que se instalarán a kilómetros de su habitual casilla, lo que desde ahora podemos adelantar contribuirá al fracaso del proceso.

 

Si los mexicanos no salen a votar cuando su casilla se instala en su misma colonia, imagínese si los tienen que forzar a tomar cualquier transporte para poder llegar a un centro de votación.

 

¿Cuánta gente debe votar, del padrón estimado en casi 99 millones de mexicanos, para que la elección de los jueces del bienestar sea válida?

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Después de haber dejado a Chiapas en ruinas, con la peor crisis de inseguridad en su historia, Rutilio Escandón fue premiado por la Presidenta con el cargo de cónsul en Miami.

 

Bueno, cómo estará el asunto en Chiapas que hasta el mismo senador Manuel Velasco reconoció que el nuevo gobernador, Eduardo Ramírez, “heredó’’ un estado en llamas.

 

Y falta aún conocer en qué cargo será colocado Cuitláhuac García, que dejó Veracruz como trapeador viejo.

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También en el gobierno humanista de Oaxaca, convertido en hacienda de Salomón Jara y familia, el Congreso local dio muestras de su compromiso con los trabajadores.

 

De un plumazo eliminaron mil 344 plazas de trabajadores de confianza que habían sido contratados en las administraciones de Gabino Cué y Alejandro Murat.

 

Dicen que con esos despidos se ahorrarán, en los próximos 4 años, 2 mil 225 millones de pesos.

 

Si es cierto, habrá que vigilar a dónde se irán esos recursos, ¿no le parece?

 

         @adriantrejo