Temores y desconfianzas han cambiado. De algo de blanco y más negro, a los alegres colores distinguibles este diciembre: avances y pendientes.

Tanto respecto de ser víctima de la delincuencia al realizar actividades como retirar dinero de un cajero automático o utilizar el transporte público, asociados a la temporada decembrina, se han modificado nuestras reservas fundadas en los últimos seis años en la Ciudad de México.

Falta reducir el índice de impunidad. Al mismo tiempo es notable la oportunidad y realidad del mantenimiento de la tendencia positiva general.

La mitad de la población ya considera segura la CDMX; el avance con relación a el 2018 es notable. En la administración de Miguel Ángel Mancera el 90 por ciento de la ciudadanía estimaba insegura a la capital nacional. Eso cambió.

Mayor certidumbre confluye con una exigencia institucional para profundizar los buenos resultados en materia de seguridad. Y falta, como debe insistirse siempre.

Las estadísticas revelan una reducción del 57 por ciento en delitos de alto impacto en la capital nacional. También hay una sana y afortunada insatisfacción frente a delitos impunes y ante la probabilidad de mayores reducciones de los mismos. Es posible alcanzar al final de este 2024 una reducción mayor en cinco puntos porcentuales adicionales, según afirmó la jefa de Gobierno, Clara Brugada.

Es un añadido al avance de la administración de Claudia Sheinbaum y un regalo de Navidad, especialmente de mantenerse en el 2025.

En contraste con hace seis años, el retiro de efectivo o subirse al transporte público ya no es un acto de valentía condenado anticipadamente al fracaso. Las encuestas de victimización del Inegi indicaban, al último trimestre del 2018, que prácticamente nueve de cada diez personas temían ambas actividades.

El robo a cuentahabientes bajó 77.8 por ciento y a pasajeros 60 por ciento. Datos para fortalecer la certidumbre en un cierre de año más seguro, reflejado en la recuperación de la confianza para llevar objetos de valor.

En la estrategia, una ciudad más vigilada —no sólo por el número de policías, sino en la ampliación de un sistema de videovigilancia— contribuirá el próximo año a la mejora de resultados. Herramientas: el número de emergencias 911 o el 089 para denuncias anónimas, operados por el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), o la app Mi Policía, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana encabezada por Pablo Vázquez.

Entre 2018 y 2024, las cámaras del C5 pasaron de 15 mil 310 a 83 mil 400 en un avance acelerado por Brugada. El cambio es significativo. Caminar tranquilo hacia un cajero o subirse a un camión sin mirar por encima del hombro implica recuperar el derecho a una ciudad sin miedo. O mucho menos que en 2018.

La CDMX afina el tino contra la piñata delictiva. Solamente la ciudadanía con su denuncia y exigencia de justicia nos llevará adicionalmente adelante.

 

      @guerrerochipres