Ante la amenaza del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de designar a los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés), se desatan una serie de interrogantes y posibles consecuencias.
Esta categorización no sólo pondría a los grupos criminales mexicanos bajo el mismo estatus que organizaciones como Al Qaeda o el Estado Islámico, sino que implicaría sanciones económicas y restricciones internacionales con un impacto significativo.
De acuerdo con la Ley de inmigración y nacionalidad (INA), la categoría de FTO, reservada para grupos que amenazan la seguridad de los ciudadanos o intereses estadounidenses, implica una serie de sanciones severas.
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Consecuencias
Los cárteles mexicanos, si fueran incluidos en esta lista, enfrentarían restricciones internacionales significativas, como la prohibición de recibir apoyo material de personas o entidades estadounidenses, el congelamiento de fondos en instituciones financieras de EU y la posibilidad de que sus miembros sean inadmisibles en territorio estadounidense. Estos efectos también se extienden a cualquier país que brinde apoyo a estos grupos.
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— Tiempo y Espacio (@tiempoyespac10) December 23, 2024
Sin embargo, esta propuesta genera una profunda controversia al comparar a los cárteles con otros grupos terroristas como Hezbolá. Las diferencias son notorias: mientras que las FTO tradicionales tienen una agenda política o ideológica, los cárteles mexicanos operan principalmente en el ámbito del narcotráfico y el crimen organizado.
No obstante, la violencia extrema, las tácticas de intimidación y la capacidad de control territorial de los cárteles recuerdan las características de algunos grupos terroristas, lo que sustenta la postura republicana.
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Actualmente, 68 grupos están en la lista del Departamento de Estado de EU. En América Latina, grupos como las FARC-EP y la Segunda Marquetalia en Colombia, así como Sendero Luminoso en Perú, ya están clasificados como terroristas. Esto podría sentar un precedente para incluir a los cárteles mexicanos en esta lista.
Aunque la designación de los cárteles como FTO no implicaría una intervención militar directa, las consecuencias económicas serían profundas. México también podría enfrentar riesgos derivados de sanciones secundarias si alguna de sus instituciones o individuos interactúa con los cárteles de manera ilícita.