Pobres de los autos con calcomanía amarilla y terminación 5 y 6. Tan lejos de Dios y tan cerca de los verificentros. Resulta que ya están pasando estos autos al matadero –verificentro– y la cosa es que entre 40 y 50% de los autos con este engomado y terminación están siendo rechazados, pues incumplen con los nuevos límites de contaminación.
Según las autoridades, esto no les sorprende y es justo lo que se tenía pensado, pues hay automóviles que no contaban con los requisitos para ser doble cero y circular diario.
Hay que dejar en claro que ese porcentaje sólo corresponde al engomado amarillo y se deberá esperar al cierre del año para conocer el dato completo, pues existen alrededor de un millón 500 mil vehículos que tenían holograma cero, pero que antes tenían uno de otro tipo así que esta cifra va a estar choncha.
Amigos, espérense, que esto apenas va empezando y se va a poner buena la cosa. Esto es sólo la punta del iceberg y en diciembre, cuando todos los autos hayan pasado por la verificación, sabremos realmente cuantos autos en total, nuevos o no, dejaran de circular todos los días.
De esta manera, 2017 no pinta tan nebuloso, pues ya con el parque vehicular siendo menos contaminante algún cambio deberá de haber en la calidad del aire de esta megalópolis, que tiene en su haber ser la más congestionada del mundo según el estudio de Tom Tom.
Este estudio dice que los chilangos pasamos en promedio el equivalente a 10 días de nuestras vidas atrapados en el auto.
Esas historias chinas de embotellamientos que duran una semana ya no se oyen tan lejanas cuando nos quedamos atrapados en alguna vía de la ciudad por horas viendo la vida pasar mientras perdemos las ganas de vivir.
Esperemos a diciembre, que será cuando todos los autos habrán sido verificados. Justo ahí es cuando se pondrán de a peso los tamales y cuando, tal vez, la CDMX pueda dejar de ser la ciudad más congestionada del mundo y le podamos regresar el título a Sao Paulo, Bangkok o alguno de esos lugares. Y es que esta ciudad ya me ha hecho ver el caos vial de Manhattan como cosa de nada.