La hipoacusia o disminución de la capacidad auditiva afecta a 20% de los menores en edad escolar, quienes en la mayoría de los casos no han sido diagnosticados y, debido a su comportamiento, en ocasiones son señalados como niños gritones, hiperactivos o flojos.

 

Se calcula que hasta 3% de los niños en edad escolar catalogados como hiperactivos o con déficit de atención presenta una oclusión del oído en forma crónica, explicó el médico audiólogo y otoneurólogo del Instituto Nacional de Pediatría, Óscar González-González.

 

El también fundador y encargado de la Clínica de Tamiz Auditivo advirtió que existe un gran desconocimiento entre la población, e incluso entre los médicos, sobre este padecimiento. Las personas piensan que la hipoacusia es igual a sordera, lo cual es incorrecto. “Es tanto como decir que una persona que usa anteojos es un ciego. Incluso, socialmente es más aceptado que un médico indique a un menor el uso de anteojos que decir que va a usar una aparato auditivo”, señala el especialista.

 

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona, por ejemplo, que la baja audición es más frecuente que el Síndrome de Down o que la parálisis cerebral infantil. El problema radica en que este último padecimiento es evidente por sus características morfológicas, pero un menor con problemas auditivos no es fácilmente detectable, lo que, en la mayoría de las ocasiones, ocurre hasta que entra en la etapa escolar.

 

En el marco de la primera Expo Audición y Lenguaje, que se llevará a cabo en el World Trade Center del 4 al 6 de noviembre, el especialista señala que existen factores tempranos que predisponen para el padecimiento de algún problema auditivo. Por ejemplo, si durante la gestación la madre padeció alguna enfermedad, consumió antibióticos, o que exista alguna carga genética.

 

Al momento del nacimiento, si el menor tuvo alguna calificación baja de Apgar (evaluación al momento del nacimiento), también puede ser una señal; lo mismo si después de los seis meses de vida el menor no emite sonidos como entonar cierta clase de ritmos. La recomendación es que ante alguna señal de éstas se debe acudir con el audiólogo, que es el profesional capacitado para identificar el problema y ofrecer un tratamiento ya sea a base de medicamentos o mediante el uso de algún aparato auxiliar.

 

Los problemas auditivos pueden tener un origen de tipo infeccioso o mecánico, y varían según la región del oído donde se produce el daño, ya sea externo, medio e interno. Como ejemplo, señala que las causas pueden deberse a la presencia de un tapón de cerumen, hasta lesiones en los huesos internos del oído o perforaciones del tímpano por alergias recurrentes o sinusitis.

 

¿Qué es la hipoacusia?

 

La hipoacusia, sordera o deficiencia auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos, y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación. Uno de cada 300 niños nace con una deficiencia auditiva, y uno de cada 1.000 con una sordera profunda bilateral; el 74% de los niños que presentan retraso en el lenguaje padecen hipoacusia, y muchos niños con retraso psicomotor y alteraciones de la conducta tienen una hipoacusia leve que no ha sido diagnosticada.