Sus libros, su estancia en México en 1990, su exilio a Ucrania, la Segunda Guerra Mundial y su trabajo literario a temprana edad, fueron algunos de los temas que abordó el escritor rumano Norman Manea (1936), al recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.
En el primer día de actividades de la Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara el autor de origen judío y radicado en Estados Unidos recibió el galardón de manos del Secretario de Salud, José Narro Robles y en su discurso compartió las premisas para su biografía y bibliografía:
“Mis libros tratan, espero, el enfrentamiento entre la individualidad y la agresión de la historia, la fe en la belleza, el bien y la verdad de la creación, la estimulante simbiosis entre Atenas y Jeruslén en el pensamiento europeo, la herencia activa de la literatura centroeuropea en la construcción de modernidad”, expresó.
El creador de obras como “El regreso del húligan” comentó que si bien México geográficamente es lejano del enclave de su evolución, “es un vecino espiritual cercano a mi corazón; el hecho de que su país dedique inteligencia y tesón a los ideales humanistas en la perpetuación de la cultura es un hondo motivo de admiración”.
El también novelista, cuentista y ensayista recordó su estancia en la Ciudad de México en 1990, cuando participó en una conferencia dedicada a la libertad, junto con los más importantes representantes de la disidencia anti-comunista de Europa del Este y la intelectualidad occidental.
“Fue un encuentro de una elevada vibración espiritual y profundo compromiso cívico; entonces y ahora, en México fui rejuveneciendo por la amistad y la hospital y el humor de los anfitriones, por la energía y la jovialidad latina, la fidelidad a los altos valores del humanismo”, dijo.
Recordó que en 2015, en el centenario del escritor mexicano Octavio Paz, compartió la preocupación de la nación mexicana por la cultura y la educación de la nueva generación, reflejada también por la edición amplia y gratuita para alumnos con ocasión de este evento internacional.
Durante más de 30 minutos el homenajeado también habló sobre su natal Rumania, su exilio en Ucrania, la Segunda Guerra Mundial y su trabajo literario a temprana edad.
Definido como un personaje escéptico, con respecto a los nuevos eslóganes sobre la muerte de la ideología y el comienzo de la armonía universal, Norman Manea consideró que “mientras exista la humanidad, existirán ideas, ideologías, conflictos y rebeliones, el ciclo de proyectos de la radicalización del futuro no se detiene en cualquier fase prometedora”.
Destacó también que el mundo actual enfrenta no solo las contradicciones de una modernidad rápida y rápidamente cambiante, sino también las nuevas contradicciones y los nuevos conflictos de la actualidad: la energía revanchista de Rusia, el desarrollo dinámico de China, las crecientes migraciones desde Oriente y África hacia Europa, la oscuridad belicosa y glacial de Corea del Norte e Irán, la rutina cada vez rebatida de los principios democráticos en muchas partes del mundo, incluido Estados Unidos”.
“Necesitamos más que nunca lucidez y coraje, solidaridad y sabiduría. Y me atrevo a decir, el consejo de la página escrita que inspiró en tiempos difíciles a nuestros antepasados”, señaló.
Por separado, en rueda de prensa, el rumano se refirió a la muerte de Fidel Castro y comentó que se trató de los últimos grandes revolucionarios latinoamericanos, “uno de los principales opositores de los Estados Unidos, que eligió oponerse al capitalismo de estado por más de 20 años”.
“Es normal que ahora veamos que con él desaparece una época y todo un tiempo y una forma de hacer política”, indicó.
Al inaugurar las actividades de la FIL de Guadalajara, su presidente, Raúl Padilla López, señaló que el trigésimo aniversario del encuentro “nos obliga a ir más allá de la celebración del pasado, identificando los desafíos que enfrentamos para mantener la vigencia de la FIL en los años que vendrán”.
“Debemos preguntarnos cómo las voces de la FIL pueden ayudar a responder, qué significa en nuestro días poner la cultura al servicio del desarrollo integral de la humanidad, cómo puede la creación intelectual, la lectura y la conversación ilustrada contribuir a que la política sea más sensible y a que la economía sea más humana, empezando por la región latinoamericana.
“América Latina es la raíz que nos alimenta y el suelo que nos sostiene, es el horizonte que nos proyecta hacia la que imaginamos ser en el mañana, sin América Latina y su genio creativo no existiríamos, ni concebir una modernidad propia en orden social que corresponda lo que somos, son los testimonios literarios de la singularidad ibérica, indígena y afrocaribeña que caracteriza a la región”, apuntó.
El promotor cultural, consideró que en tiempos en donde muchos países renacen los nacionalismos y la xenofobia cobra vigencia, “el planteamiento de Carlos Fuentes en el sentido de que la continuidad lingüística y cultura de América Latina debe servirnos para brindar a nuestra sociedades, contra las divisionismos que se imponen en los países, es más poderoso que nunca’.
Y subrayó que “ante el debilitamiento de Europa que retrocede intimidada por el terrorismo y la migración y frente al supremacismo racial y el noenacionalismo que ha generado el clima de exclusión y proteccionismo xenofóbico en Estados Unidos, México y América Latina, deben mandar inequívoca, primero de unión y luego de unidad para enviar con éxito los tiempos por venir”.
A nombre del Gobierno Federal, el Secretario de Salud, José Narro Robles, expresó su beneplácito por la apertura de la FIL y señaló que se trata de la fiesta de la inteligencia y de la celebración del alma, de un espacio propicio para recoger las expresiones superiores del ser humano.
Destacó que la lectura es fuente de conocimiento, formula de renovación y de confirmación; la lectura es intercambio y aprendizaje, pasatiempo y adicción, una de las actividades más hermosas, de los igualadores humanos, de las formas superiores de nuestra especie.
“Tener un libro no nos hace diferentes, sin embargo, leerlo y apreciarlo nos transforma. Estoy seguro que desde esta perspectiva es posible valorar debidamente la importancia de esta feria, el impacto sobre sus asistentes y las grandes repercusiones que el evento ocasiona.
“En esta oportunidad también rendiremos homenaje a la palabra y al lenguaje; a ese dueto indivisible que reúne fuerza y autoridad moral, que resulta antídoto contra la violencia y la intolerancia, que traduce inteligencia y razón.
“Homenaje justo a la palabra verdadera, al lenguaje de las humanidades, al idioma se los seres humanos, a la paz, a la justicia y a la razón, a los valores cívicos y laicos que ayudarán a encontrar el Norte y a conducir el rumbo”, concluyó.
A la ceremonia de apertura acudieron el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa; el Premio Cervantes de Literatura 2016, Fernando del Paso; el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; el Gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval y autoridades de La FIL de Guadalajara.
ot