Expertos en gobernanza digital, tecnologías de la información y protección de datos, coincidieron en la necesidad de que se tipifique como delito el llamado “sextorsión” o “ciberacoso” en aquellos países donde aún no es perseguido y sancionado, incluyendo a México.
Durante el Foro para la Gobernanza del Internet (IGF 2016) en el que más de 3 mil expertos de 80 países discuten temas relacionados con ciberseguridad, derechos humanos, inclusión y accesibilidad a internet, se advirtió que la “sextorsión” es una actividad no regulada a nivel mundial, a pesar de constituir “una grave” violación de los derechos humanos especialmente al de la privacidad.
Al participar en el encuentro “Decrypting Sextortion”, Catherine García, investigadora y profesora de gobernanza digital, seguridad cibernética y gobierno abierto, sostuvo que pese a la firma del Convenio de Budapest en materia de cibercriminalidad en el que participan diversos países, es un acuerdo que ha encontrado sus límites en las leyes de las naciones que lo han suscrito, por lo que llamó a sumar esfuerzos para definir políticas legales con un enfoque de protección de derechos humanos.
“El Convenio de Budapest podría ser un marco de protección, siempre y cuando obviamente haya una criminalización de estos comportamientos en el ámbito nacional, en donde ha encontrado limitaciones”, afirmó tras señalar que entre los grandes retos para frenar este fenómeno destaca la falta de información entre usuarios de la red que no alcanzan a comprender los riesgos de compartir imágenes o videos sexuales.
En ello coincidió Nicholas Moreno, ingeniero en sistemas de la información por la Universidad de Duisburg-Essen Alemania, quien además alertó sobre la divulgación de información a través de redes sociales, al considerar que es la vía más asequible para que agresores persuadan principalmente a menores de compartir material con contenido sexual. En ese sentido consideró que los desarrolladores de plataformas tienen el compromiso de explicar a los usuarios la importancia de reservar cierta información.
“Estamos muy dispuestos a regalar nuestros datos constantemente una y otra vez. Y eso es en realidad porque las computadoras son actores sociales y por lo tanto moderan la forma en que percibimos nuestra propia privacidad y la forma en que percibimos nuestros datos privados en línea. Así que somos responsables como diseñadores de interfaces, de hardware, en la forma en que la gente entiende su privacidad”, expresó.
Por su parte Jamila Venturini, investigadora del Centro de Tecnología y Sociedad (FVG) en Río y autora del libro Acces Now, habló sobre la falta de compromiso de algunas plataformas en línea que pese a suscribir acuerdos para garantizar la protección de sus usuarios, muchas veces no colaboran de manera eficaz con el retiro del contenido sexual con el que se busca afectar a los usuarios.
“Por lo general tienen cláusulas generales que dicen que pueden bajar este tipo de contenidos, pero no hay transparencia en cuanto a cómo se hará o bajo qué condiciones (…) Por lo tanto, no hay transparencia con respecto a estos mecanismos de eliminación, cómo se implementarán. Ni siquiera a la víctima potencial de este tipo de contenido abusivo”, señaló.
Dato
Según datos revelados por la ONU, hasta el año 2014 55% de los jóvenes habían sido víctimas de ciberacoso