Como una forma tradicional de predecir el tiempo se usan las cabañuelas, que desde hace aproximadamente 35 mil años antes de Cristo se hacían con base en la Luna y lo cual permitió al hombre poder cazar y pescar, de acuerdo al estado del clima.
Se trata de un método de observación que permitía pronosticar el clima y las lluvias para el siguiente año, el cual se hacía a partir del 1 de agosto y fue utilizado, sobre todo por los agricultores, para poder sembrar en un buen tiempo, de acuerdo con datos del portal web teinteresa.es.
También fue utilizado por los pastores, quienes se alojaban en cabañas durante la temporada de verano, y de ahí que el método fueran conocido con el nombre de cabañuelas.
Dicha palabra también hacía referencia al lugar donde se celebraba la fiesta judía de las cabañuelas de Toledo, y donde se realizaban los rituales de pronósticos de lluvias de esa festividad hebrea.
La necesidad de predecir el tiempo y del instinto de supervivencia de los hombres frente a las leyes de la naturaleza hizo que mediante la observación del cielo se pudieran anticipar los fenómenos meteorológicos del año.
EL ORIGEN
El origen de las cabañuelas data desde la antigua Babilonia, ya que a partir de una fiesta o ritual se podía predecir el tiempo para unos 12 meses.
Otros pueblos que utilizaron este sistema fueron los mayas y los aztecas. Según www.mexicodesconocido.com.mx, la cultura azteca adoptó de los mayas este conocimiento, pues en ambos casos sus calendarios constaban de 18 meses de 20 días cada uno, más cinco días adicionales que no entraban en los meses, los primeros 18 días de enero servían para cada uno de los meses y los dos días restantes predecían otros fenómenos. El 19 para pronosticar el tiempo del solsticio de verano y el 20 para el solsticio de invierno.
Las cabañuelas tienen una gran relación con los primeros días del mes de agosto, pues a partir de esos días, se podría conocer los fenómenos climáticos de todo el año. Se hacen a través de los primeros 24 días de ese mes, para pronosticar el tiempo durante cada uno de los meses del año.
Sin embargo, no en todos los lugares se rigen a partir del mes de agosto, pues por ejemplo en América del Sur el vaticinio se hace en el mes de enero, mientras los hindúes lo hacen a mitad de invierno, además que en cada lugar se utilizan diversos métodos.
Según información de los sitios web teinteresa.es y wikispaces.com, se refiere que para formular dicho cálculo, hay que tener controlada la dirección del viento, las formas de las nubes, la Luna y el Sol.
Cabe destacar que el filósofo y científico griego Aristóteles fue el creador del primer tratado científico occidental, basado en la observación para poder predecir el tiempo.
Algunas otras predicciones se hacían con base en la observación como según cuentan los ancianos, cuyos antepasados les comentaban que cuando vieran el cielo con nubes con forro de lana de borrego, era señal de lluvia.
O con el comportamiento de los animales, pues en ranchos o en casas se puede escuchar como los gallos cantan el amanecer o las hormigas que pierden su camino, van de un lado a otro, lo que significa el final del verano y la entrada del otoño con lluvias.
dca