ANKARA. El grupo terrorista Estado Islámico reivindicó el atentado cometido la madrugada de Año Nuevo en Estambul que dejó 39 víctimas mortales y 65 heridos, varios de extrema gravedad. Las autoridades turcas continuaban esta noche con las operaciones para capturar al terrorista que atacó el club nocturno Reina de la ciudad turca y detuvieron a 12 personas que podrían tener alguna relación con el ejecutor del atentado.

 

 

Los servicios de inteligencia turcos tienen “pistas sobre las huellas dactilares y la apariencia” del sospechoso, aseguró el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus.

 

Tras analizar numerosas imágenes filmadas fuera y dentro del club atacado, la policía turca cree que el terrorista es un hombre de unos 25 años de la región autónoma de Sinkiang, en el noroeste de China, poblada mayoritariamente por uigures de religión musulmana.

 

Otra línea de investigación apunta a militantes de Uzbekistán o Kirguizistán, de la misma célula del EI que perpetró el atentado contra el aeropuerto estambulí de Atatürk, en el que murieron 45 personas el pasado 28 de junio.
Kurtulmus aseguró en una rueda de prensa que, a pesar del “mensaje” enviado por el EI, Turquía y su ejército seguirán adelante con sus operaciones contra los yihadistas en el norte de Siria.

 

El periódico Hürriyet asegura que el atacante disparó en el club con un arma de cañón largo hasta 180 veces. Si bien aún no está claro cuántos minutos permaneció dentro del club antes de huir, la investigación cree que primero subió al primer piso, disparó allí contra la gente, luego bajó a la planta baja y mató con disparos a la cabeza a varias personas que estaban tiradas en el suelo.

 

Después de cambiarse de ropa, el atacante abandonó el lugar en medio del caos y dejó su arma y su chaqueta en el club.

 

Las imágenes muestran que el supuesto autor actuó de manera “extremadamente profesional” y, por su forma de caminar, parece que habría sufrido un disparo en su pierna derecha, aseguró en la cadena CNNTürk un especialista turco en terrorismo.