Si bien la recuperación de los precios internacionales del petróleo es una buena noticia para los países exportadores como México, de continuar esta tendencia el precio de la gasolina en el país al cierre del año podría ubicarse cerca de 20 pesos por litro, e incluso una vez que el esquema se flexibilice habrá días en que supere este nivel.
Analistas del mercado prevén que tras los acuerdos de recorte a la producción por parte de países miembros y no miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), alcanzados a finales del año pasado, el barril de petróleo mexicano se ubique entre 42 y 50 dólares. En los últimos días, la recuperación llevó los precios a niveles no vistos en 18 meses.
Horacio Sobarzo, investigador del Colegio de México (Colmex), comentó que el mercado energético muestra señales de recuperación, lo que es benéfico para los países exportadores, incluido México, pero en las condiciones del mercado interno y con un dólar al alza, la noticia del aumento en las cotizaciones del crudo no sería tan buena por la liberalización de los precios de las gasolinas.
El aumento del precio del barril y un dólar depreciado en el mercado mundial beneficia a la nación al tener más ingresos por las exportaciones de crudo, pero afecta en forma directamente proporcional a la población en México en un mercado abierto de las gasolinas, es decir, sin subsidios, agregó.
Roberto Galván, economista de Actinver, dijo que cotizaciones mayores a la establecida en el Paquete Económico para este año, de 42 dólares por barril de petróleo mexicano, representan recursos excedentes para las finanzas públicas.
Recordó que para el Presupuesto de este año se estableció un precio de 42 dólares, por debajo de los 50 dólares que se calcularon para 2016, además de que la plataforma de exportación también fue menor, por lo que un repunte del mercado es una buena señal para la industria petrolera nacional, sobre todo ahora que se esperan inversiones de las grandes firmas.
Incluso, dijo, se abren posibilidades de que con una mayor demanda de hidrocarburos las compañías petroleras decidan invertir en refinerías y contribuir a mantener el precio de las gasolinas en un nivel competitivo.