El líder de los diputados del PRI, César Camacho Quiroz, defendió ante sus homólogos de las otras bancadas y del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong la ley de Seguridad Interior y advirtió que no hay una intención de sustituir a las autoridades civiles en seguridad.
Durante su participación en la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados en su reunión con el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), el legislador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) afirmó que hay que dotar a las fuerzas armadas de un instrumental jurídico que les dé certeza y también a los ciudadanos.
“La intención de una Ley de Seguridad Interior es, justamente, darle esas fronteras, ese mecanismo para que la prioridad tenga claridad de cuáles son sus límites, pero también a los ciudadanos”, indicó el legislador.
Advirtió que la gradualidad, como uno de los elementos que se propone en la actuación de las fuerzas armadas, “no está asociada con una gradualidad que se vincule con que si no puede la autoridad de Seguridad Pública, ahora entre la de Seguridad Interior”.
El diputado priista reconoció que el fenómeno que vivimos en la vida cotidiana “nos obliga a regular la Seguridad Interior, sin olvidar el desarrollo legislativo institucional de la Seguridad Pública”.
Según Camacho Quiroz, no hay en la propuesta la intención de sustituir a las autoridades civiles en seguridad ni se trata de “una ley de emergencia que en algún momento haya que abrogar”.
Precisó que no es una legislación exclusiva para las fuerzas armadas, toda vez que se trata de una propuesta para fortalecer instituciones y leyes, porque las personas, en un régimen republicano “lo que tenemos que hacer es dejar un régimen robusto que respete invariablemente los derechos humanos”.
Incluso, comentó que, en alguno de los textos se establece con claridad que si hubiera un delito, lo que tiene que hacer es hacerlo del conocimiento del Ministerio Público y si hay detenidos, ponerlos a la disposición de la autoridad competente, y eso es una obligación y una prerrogativa que cualquier ciudadano lo tiene, cuando hay flagrancia; el que sea, sea autoridad o no.
El líder priista afirmó que “este diálogo será, para nosotros, fructífero porque sin prisas, creo que sería una mala estrategia, pero haciéndonos cargo de la necesidad de hacerlo bien y lo antes posible”.