Con casi cuatro décadas de andar poniendo el nombre del heavy metal en alto, Metallica se ha convertido en una leyenda del género y en una de las bandas más famosas de la historia. Sin embargo, el camino no siempre ha sido fácil para la agrupación integrada por Lars Ulrich, James Hetfield, Kirk Hammett y Robert Trujillo, quienes anoche ofrecieron el primero de tres conciertos en la Ciudad de México.
En una entrevista realizada por el periodista Nick Amies y publicada originalmente en la revista The Red Bulletin, la cual reproducimos a continuación, el vocalista y guitarrista, James Hetfield, y el baterista, Lars Ulrich, trazan la evolución de la banda desde que eran unos thrash punks con actitud salvaje hasta convertirse en una de las bandas más grandes del planeta.
Después de todo el éxito que han tenido, ¿siguen emocionándose con esto?
James Hetfield (JH): ¡Por supuesto que sí! Es extraño y muy sorprendente. Mientras más envejecemos, se vuelve más especial obtener un álbum en primer lugar. Después de 35 años es genial que eso pueda seguir sucediendo.
Lars Ulrich (LU): El simple hecho que Metallica pueda seguir lanzando discos que le interesen a la gente es genial. Siento que los grupos de rock están convirtiéndose en la minoría. Hay cada vez menos bandas a las que les va bien a escala global, así que ser una de esas es un privilegio.
Su más reciente CD es el primero que lanzan en su propio sello, Blackened Recordings. ¿Qué tan diferente fue la experiencia en comparación con otras?
JH: No fue tan diferente. Lo que yo diría es que, como fue en nuestro propio sello –que sólo es nuestro en EU, pues seguimos con Universal en el resto del mundo–, pudimos tomarnos el tiempo para escribir sin fechas de entrega.
LU: La diferencia principal no estuvo en la grabación, sino en lo que sucedió al día siguiente de que terminamos, puesto que ahora nosotros mismos tenemos que hacer 90% del trabajo, mientras que hace 10 o 20 años, otras personas hacían casi todo.
Si analizan su discografía, ¿hay algún periodo que les haga pensar actualmente: “Pero ¿qué demonios estábamos pensando?”
JH: Hay cosas que me gustaría cambiar en algunos discos, pero que no puedas hacerlo les da personalidad. Estas grabaciones son un producto de cierto momento en nuestras vidas. De cualquier manera, …And justice for all podría haber tenido más graves y St. Anger podría haber tenido un poco menos de esa tarola con sonido metálico, pero eso es lo que hace que esos discos sean parte de nuestra historia.
Comenzaron en una época en que el vinil era el rey. Ahora ustedes tienen su propia planta de impresión de viniles en Alemania. ¿Por qué?
James: Crecimos con el vinil y lo amamos. Es tangible: sostienes el disco, lo sacas de su empaque, pones la aguja en el canal. Hace cerca de seis meses estaba en Los Ángeles visitando a algunos amigos y nos sentamos a escuchar viniles… El simple acto de pasar los discos uno por uno en las cajas, de oler el cartón, de leer las notas y escuchar ese sonido cálido es muy envolvente.
¿Qué tan importante es la independencia para tener una carrera exitosa?
JH: Para nosotros ha sido importante, ¿pero para otras personas? No lo sé. Cuando comenzamos, que una disquera nos extendiera un contrato era algo tremendo. No creo que eso sea tan importante actualmente. El simple hecho de que puedas hacer tu propia música en tu sótano y publicarla tú mismo es maravilloso. Pero ¿qué tan lejos puedes llegar así? ¿A la larga firmas un contrato con alguien más grande? Esas son las decisiones que deben tomar. Tienen que preguntarse: “¿Qué es lo que queremos hacer?”.
LU: Siempre nos hemos sentido ajenos. Supongo que nunca sentimos la necesidad de entrar en el juego. Lo mejor de nuestro éxito es que nos dio la oportunidad de crear nuestra propia ruta creativa. La independencia significa para nosotros que nunca hemos aceptado dinero de nadie.
¿Se arrepienten de cómo fueron representados durante el caso Napster, en el que se opusieron a las descargas ilegales?
JH: Lo que la gente piense de nosotros, de mí, no es mi problema. Sabía que era lo correcto. Éramos un blanco fácil. Alguien ya consolidado y que está preocupado por su arte queda expuesto.
LU: Era una pelea callejera y los otros pintaron un cuadro en el que el problema era entre Metallica y sus fanáticos, y Metallica en contra de las descargas, que no era la verdad. No se trataba de las descargas; se trataba de elección. Si yo quiero regalar mi música, ¿quién toma esa decisión? ¿Es mi elección o la de alguien más?
Su filme documental de 2004, Some kind of monster, mostró a la banda en su peor momento. ¿Cómo se mantuvieron unidos en esa época?
LU: Cuando James volvió luego de un año de alejarse y con un nuevo conjunto de herramientas para interactuar con nosotros, no estuve seguro de cómo iba a resultar durante los primeros seis meses. No estaba seguro de poder participar en esos métodos. Todo agarró su lugar en 2005 y 2006, pero fue bastante complicado durante un rato.
Si se hubieran separado, ¿se imaginarían a Metallica reuniéndose hoy?
LU: Hay muchas bandas que se reúnen por diversas razones. Hay aquellos que dicen: “Pues yo me he vuelto a unir por los 20 millones”, y yo les digo: “¡Bien!”. ¿Quién diablos soy yo para decirles que no deben hacer eso? ¡Apenas y puedo preocuparme de mis propios asuntos!
Actualmente, ¿se vuelve más fácil combinar la vida familiar con una carrera musical conforme envejeces?
JH: Somos muy afortunados de estar donde estamos. Poder tocar dos semanas y descansar dos semanas es grandioso; no sólo para nuestro bienestar físico, mental y espiritual. No podemos salir de gira como solíamos hacerlo cuando teníamos 20 años. ¡Necesitamos hacer giras adecuadas para nuestra edad!
Ahora tendrás un poco de tiempo libre. ¿Estás planeando hacer un poco de skateboarding, James?
JH: Hace tiempo que no me subo a una patineta. Tocamos en House of Vans en Londres a finales del año pasado, y algunos miembros de la gira lo hicieron, pero esos días se acabaron para mí. Ahora tengo otras pasiones. Todos necesitamos tiempo para nosotros. Necesitas alejarte. Aún tengo a un solitario en mi interior al que le encanta alejarse, ya sea con música, cazando, yendo de excursión o incluso a acampar o lo que sea.