En México cada vez más mujeres realizan actividades laborales remuneradas, aunque el porcentaje aún es de los más bajos entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), toda vez que es de 43.9%, mientras que el promedio del organismo se ubica en 62%. Académicos señalan al machismo como una posible explicación.

 
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2005 había 15.5 millones de mexicanas integradas al mercado laboral, cifra que aumentó a 20.8 millones en 2016, lo que representa un incremento de 34.1%; y –el rezago— fue observado por la OCDE.

 
“Las mexicanas han ingresado a la fuerza laboral en gran número desde principios de la década de 1990, pero aun así, menos de la mitad (43.9%) de las mujeres de entre 15 y 64 años participan en el mercado laboral. Esta tasa está muy por debajo de la tasa de PFT promedio de la OCDE, de 62% para las mujeres en sus años más productivos”, se establece en el estudio de la OCDE Construir un México inclusivo.

 
Para Luis Monsalvo Álvarez, académico de la Universidad Iberoamericana, especialista en derecho laboral, la razón principal para que las mujeres sigan con una participación económica baja es por la educación machista dominante en México, la cual ve como un riesgo la contratación de mujeres.

 

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Infografía: Xavier Rodríguez

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“El hecho de preferir a un hombre sobre una mujer, por el simple prejuicio de que hay debilidad de un lado y mayor competencia del otro, lo que está generando es una mayor inhibición; un obstáculo para que mujeres más capaces que varios hombres lleguen a los puestos laborales por temas de capacidad y méritos”, dijo.

 
Monsalvo Álvarez puso de ejemplo el embarazo, una condición que muchos patrones ven como una enfermedad y por lo cual optan por no contratar a mujeres que les significarían supuestas “pérdidas” por el período de tres meses al que tienen derecho por maternidad.

 
Ante esta situación, aseveró que una de las posibles salidas a la baja participación femenina en el mercado laboral sería impulsar incentivos fiscales a empresas que contraten a mujeres, similar a las cuotas de género en materia electoral.
“Hay quien critica las cuotas de género porque les estarían dando, en este caso, el puesto laboral a alguien por el simple hecho de ser mujer, pero hay que recordar que antes no se les daba por lo mismo, por el simple hecho de ser mujer”, finalizó.

 

Urgen a avanzar en las unidades de género

 

 

Senadoras de la República hicieron un llamado a los congresos locales para armonizar la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y a crear una Unidad de Género.

 

 

En el marco de un foro sobre el tema convocado por la Comisión de Equidad y Género del Senado, de cara al Día Internacional de la Mujer, la senadora del PAN, Adriana Díaz Lizama, pidió a los diputados locales hacer un esfuerzo para que en sus estados exista una Unidad de Género que se dedique al estudio de las leyes y a estar en contacto con su homóloga de la cámaras de Diputados y de Senadores.

 

 

Por su parte, la senadora Diva Gastélum señaló que en muchas legislaturas locales se ha evadido el tema de la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como el feminicidio y el tema de los presupuestos con perspectiva de género./ Karina Aguilar