El Chapo ha estado en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan desde su extradición a finales de enero.

 

El hombre de 59 años es investigado por su participación en uno de los imperios del narco más grandes de México y ha escapado dos veces de una prisión.

 

A sus abogados les preocupa que las condiciones de su unidad de prisión estén deteriorando su salud mental y física. Experimenta alucinaciones auditivas, tiene dificultad para respirar y sufre dolores de cabeza y dolor de garganta.

 

Amnistía Internacional también ha comentado las condiciones de su espacio, refiriéndose a ellas como “inhumanas”, “crueles” y “degradantes”.

 

Si su juicio termina en una condena, lo más probable es que no pueda unirse a la población carcelaria general.