LISBOA.- Lo han comprobado al extraer un total de 700 botellas de vino que habían sido depositadas a 17 metros de profundidad en la Bahía de Sines.

 

José Mota Capitao, uno de los productores que participa en este novedoso proyecto, explicó a EFE que “se trata del primer vino envejecido en Portugal en el fondo del mar”.

 

La primera prueba tuvo lugar el pasado mes de marzo, después de que hubiera pasado medio año desde que fueran sumergidas las primeras botellas.

 

“La sorpresa fue muy buena, ya que se comparó con el mismo vino que se estaba envejeciendo en las bodegas y se pudo comprobar que sus cualidades de aroma y sabor habían mejorado muchísimo”, asegura José Mota.

 

La iniciativa fue puesta en marcha por la Asociación de Productores de Vinos de la Costa del Alentejo el pasado mes de septiembre, tras la última vendimia.

 

Tras siete meses en el fondo del mar, esta semana se rescataron 700 botellas para entregárselas a las tripulaciones de los veleros que participarán en la regata “Tall Ships 2017”, que hará escala en Sines entre los próximos 28 de abril y 1 de mayo.

 

El vino vive siete meses en el fondo del océano

 

Para comprobar la evolución del vino en el fondo del mar, los productores practican cada tres meses una monitorización para conocer si sus aromas obtienen mejores condiciones.

 

La siguiente prueba la harán a los nueves meses, con el fin de saber si se mantiene la evolución favorable que fue constatada al medio año de maduración.

 

Mota avanzó a EFE que el objetivo es el de establecer una marca diferenciadora para estos caldos “submarinos” bajo el marchamo de “Vino de mar”.

 

Además, también pretenden institucionalizar un día de fiesta anual dedicada al vino envejecido en el mar en la ciudad de Sines, como reclamo para los cada vez más numerosos “enoturistas”.

 

Vino que en el fondo del océano madura a temperatura constante

 

Los vinos envejecidos en el fondo marítimo, según José Mota, tienen la ventaja de que maduran a una temperatura muy constante, que en caso de la Bahía de Sines ronda los 15 grados.

 

Para su perfecto envejecimiento, las botellas, tanto de tinto como de blanco, son selladas con una cera especial y colocadas en forma vertical sobre estructuras metálicas para impedir que sean arrastradas por el mar.

 

A lo largo de los años, se ha podido comprobar que las botellas de vino que se habían alojado en los fondos marinos a causa de los naufragios habían experimentado excelentes mejoras, por lo que se habían llegado a pagar fuertes cantidades de dinero por estos caldos en diferentes subastas.

 

Una de las prácticas pioneras en esta viticultura vanguardista tuvo lugar en 2015 en el muelle Porís de Abona de la isla de Tenerife, donde, a 18 metros de profundidad, se creó una bodega submarina.

 

En ella, todos los productores que lo estimen oportuno pueden depositar su vino para que envejezca bajo las condiciones favorables del fondo marino.

 

Según José Mota, dueño de la bodega lusa “Herdade do Portocarro”, también ha habido experiencias para envejecer vino en el fondo de los ríos, como ya se está haciendo en el Duero.

 

No obstante, asegura, las condiciones de los fondos marítimos son “más favorables, sobre todo, por la temperatura”.

 

DCA