El socioliberal Emmanuel Macron homenajeó hoy a las víctimas del Holocausto en su afán por contrarrestar su deterioro en los sondeos, que todavía lo sitúan como ganador en las presidenciales francesas del 7 de mayo ante la ultraderechista Marine Le Pen, pero con menor margen.
A una semana de que se celebre el segundo y definitivo turno de los comicios, los primeros en Francia sin un candidato de los partidos tradicionales de centroderecha o izquierda moderada, Macron visitó en París el Memorial de la Shoah (“el Desastre”, en hebreo) y el de los Mártires de la Deportación.
El exministro de Economía entre 2014 y 2016 y antiguo banquero pretende así reconducir su campaña de la segunda vuelta después de un mal inicio, en el que, de acuerdo con varios analistas, se vio superado por Le Pen, quien ha sabido dar la imagen de una candidata muy cercana al pueblo.
Desde el domingo pasado, cuando pasó a la segunda ronda como el más votado, con el 24,03 % de los votos, Macron, de 39 años, ha caído varios puntos, según los sondeos, que le sitúan con una victoria frente a la candidata ultraderechista todavía confortable (60 %), pero menor a la que algunas casas pronosticaban (65 %).
El candidato, por el que han pedido el voto el presidente saliente, el socialista François Hollande, y una buena parte de Los Republicanos (centroderecha), recibió un nuevo apoyo, el del exministro centrista Jean-Louis Borloo.
Con este homenaje de hoy, celebrado en el Día de la Deportación en Francia, cuyo régimen colaboracionista contribuyó a enviar a unos 200.000 judíos a los campos de exterminio, Macron buscó reforzar su imagen de tolerancia frente a la de Le Pen y su partido.
El Frente Nacional (FN) ha estado salpicado de numerosas polémicas “negacionistas”, como la del padre de Marine Le Pen y uno de los fundadores del FN, Jean-Marie, o la de Jean-François Jalkh, quien tuvo que apartarse este viernes de la dirección interina del partido por unas declaraciones sobre las cámaras de gas que él niega.
La propia Le Pen se vio envuelta hace un par de semanas en la controversia “negacionista” al afirmar que Francia no fue responsable de las detenciones y deportaciones de judíos durante la ocupación nazi en 1942, dado que, en su opinión, el régimen colaboracionista de Vichy no representaba al país.
Le Pen, quien acaba de trabar una alianza con la derecha eurófoba de Nicolas Dupont-Aignan, prosiguió hoy los intentos de alargar su base electoral con una visita sorpresa a la fábrica de productos de aluminio Altéo de Gardanne (sur), en el centro de una polémica medioambiental por el vertido de sustancias contaminantes al Mediterráneo.
Aunque esta acción electoral careció del impacto mediático de la del miércoles, cuando también inesperadamente se presentó en una fábrica de electrodomésticos en vías de ser deslocalizada, Le Pen intentó cortejar a los electores con más consciencia ecológica, especialmente los del izquierdista Jean-Luc Mélenchon y los del socialista Benoît Hamon, eliminados en el primer turno.
Según la candidata, el Estado puede colaborar con el sector privado para “proteger los empleos” al tiempo que protege a los franceses de “los riesgos medioambientales”.
El discurso pro-medioambiente no es muy común en Le Pen, quien ha criticado, por ejemplo, el coste de la transición a la energía verde y se ha opuesto al cierre de la central nuclear de Fessenheim, la más antigua de Francia, para evitar que se pierdan puestos de trabajo.
Antes de visitar la planta de Altéo de Gardanne, la líder de la extrema derecha también rindió un discreto homenaje en Marsella a las víctimas del Holocausto.
La diputada ultraderechista Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de Marine Le Pen, criticó “el oportunismo” de Macron, al que acusa de “enviar mensajes morales” en contra de Frente Nacional al organizar las visitas al Memorial de la Shoah y el de los Mártires de la Deportación.
En una entrevista al diario “Le Parisien”, Le Pen también vino a explicar uno de los puntos más confusos de su programa económico: cómo saldrá del euro.
Propuso la cohabitación de dos divisas, una para transacciones nacionales y otra para las internacionales, pues juzgó que la moneda única europea “está muerta” y está en el origen de gran parte del desempleo en Francia.
aarl