Ciudad del Vaticano.- Un grupo de venezolanos protestó hoy de forma pacífica contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro y denunció las muertes de los últimos días en ese país, durante la bendición dominical del Papa.

 

Mientras Francisco se asomó a la ventana de su estudio personal, en el Palacio Apostólico del Vaticano, en la Plaza de San Pedro, mezclados entre los fieles, se presentaron algunas personas con banderas y casacas con los colores de la bandera de Venezuela.

 

Hombres, mujeres y jóvenes llevaban en sus manos cruces negras con los nombres y las edades de los fallecidos en las manifestaciones de los últimos días, junto a una banderita venezolana en cada cruz.

 

En el rezo del Angelus, que dura unos diez minutos, el pontífice no hizo referencia a la crisis en la nación sudamericana, pero los manifestantes participaron de la bendición sin problemas.

 

Apenas la víspera, los obispos de ese país dieron a conocer una carta firmada por el Papa en la cual les aseguró que está siguiendo con gran preocupación la circunstancias por las que atraviesa “el querido pueblo venezolano” ante “los graves problemas que le aquejan”.

 

“Siento un profundo dolor por los enfrentamientos y la violencia de estos días, que han causado numerosos muertos y heridos, y que no ayudan a solucionar los problemas, sino que únicamente provocan más sufrimiento y dolor”, escribió.

 

“Sé que también ustedes comparten la situación de su pueblo que, junto con los sacerdotes, las consagradas y consagrados y los fieles laicos sufren por falta de alimentos y medicinas, y que algunos, incluso, han soportado ataques personales y actos violentos en sus Iglesias”, agregó.

 

Manifestó su cercanía a cada obispo y su agradecimiento a cada uno por permanecer junto a los fieles que les fueron encomendados por la Iglesia, especialmente con los más pobres y necesitados, así como iniciativas para fomentar la solidaridad y la generosidad entre los venezolanos.

 

También destacó el llamado continuo de los pastores a evitar cualquier forma de violencia, a respetar los derechos de los ciudadanos y a defender la dignidad humana y los derechos fundamentales.

 

Confesó estar persuadido que los “graves problemas” de Venezuela se pueden solucionar si hay voluntad de establecer puentes, de dialogar seriamente y de cumplir con los acuerdos alcanzados.

 

Más adelante los exhortó a seguir haciendo todo lo necesario para que este difícil camino sea posible, al mismo tiempo se dijo convencido de que la comunión entre ellos y sus sacerdotes les dará luz para encontrar el camino correcto.

 

“Deseo animarles a que no permitan que los amados hijos de Venezuela se dejen vencer por la desconfianza o la desesperación, pues estos son males que penetran en el corazón de las personas cuando no ven perspectivas de futuro”, indicó.

 

“Invocando la protección amorosa de Nuestra Señora de Coromoto, elevo mis oraciones al Señor Resucitado para que derrame sobre ustedes, queridos hermanos, y sobre todo el amado pueblo de Venezuela los abundantes dones pascuales de paz, que él mismo, victorioso sobre la muerte, otorgó a los apóstoles liberándolos de todo temor”, estableció.

 

aarl