Tras asumir por elección la Secretaría General del PRI, Claudia Ruiz Massieu sostuvo que las elecciones no se tratan sólo de ganar votos sino de ganar confianza, y los debates no se ganan teniendo las consignas más estridentes sino las propuestas más estructuradas.
Sostuvo que el PRI es la envidia y obsesión permanente de una derecha aldeana, puritana, prejuiciosa y reaccionaria, así como de una izquierda gris, tibia y enfrascada en sus pugnas internas.
En el marco de la sesión del Consejo Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), indicó que en el caso del extremo populista dice promover el amor, pero utiliza el rencor para dividir, el miedo para polarizar y la mentira para confrontar a los mexicanos.
“A sus propios integrantes, cuando demuestran la menor actitud crítica, los silencia, los censura y los desconoce. Ese no es un partido que convoque a ciudadanos libres, es un movimiento autoritario y demagógico que exige súbditos sumisos”, dijo.
Frente a la cúpula priista, gobernadores, dirigentes y legisladores, alertó que desde “la izquierda hasta la derecha todos nuestros rivales saben que el PRI es el partido a vencer. A falta de ideología y de proyecto, han hecho del antipriismo su única estrategia”.
“Somos el partido al que denuestan en público, pero al que envidian en privado; envidian nuestra disciplina, nuestra estructura, nuestra presencia territorial y nuestra capacidad para mantenernos unidos”, sentenció. Más aún, afirmó que “somos su angustia constante y su obsesión permanente”.
“Ojalá hubiera una derecha inteligente contra la cual competir, pero lo que hay es una derecha aldeana, puritana, prejuiciosa y reaccionaria”, anotó.
“La izquierda, ahí donde ha gobernado, perdió el rumbo, los principios y su compromiso social. Si alguna vez tuvo autoridad moral hoy apenas sobrevive, cada vez más debilitada, de manera clientelar”, agregó.
Ruiz Massieu sostuvo que “ojalá hubiera una izquierda moderna en México con la cual debatir, pero lo que vemos es una izquierda gris, tibia y enfrascada en sus pugnas internas”.
Frente a ello, señaló, está el PRI: el partido popular, liberal, social y modernizador de México. En el PRI “nuestro ideario se resume en dos compromisos: democracia y justicia social. Esta es nuestra esencia y eso no lo vamos a cambiar”.
Por ello llamó a estar listos para renovarse, hacer una reflexión profunda, seria, incluyente y plural. Sostuvo que es momento de reivindicar no sólo lo que se ha construido por más de ocho décadas al servicio de México, sino también de reafirmar la voluntad para seguir siendo y construyendo el México del siglo XXI.
“Nuestro partido ya ha puesto el ejemplo: al idear, consensuar y llevar a la práctica una agenda transformadora, vanguardista y audaz, liderado por el presidente Enrique Peña Nieto que asumió los costos políticos temporales, para alcanzar los beneficios permanentes y de largo plazo”, añadió.
Pidió a los priista no anclar su legitimidad en los éxitos pasados, sino construirla sobre las victorias futuras. “Yo creo en un partido que sabe ser autocrítico, sin dejar de ser institucional. Por eso nuestra actividad partidista debe tener tres elementos: la solidaridad, la unidad y la congruencia”.
“Vivimos tiempos que exigen definiciones claras. No hay espacio para la tibieza ideológica, para la pereza política, ni para el inmovilismo popular”, concluyó.
jram