El próximo lunes, con la salida de Ximena Puente de la Mora, se cerrará la primera etapa del Instituto Nacional de Transparencia (Inai), marcada por las fallas en la plataforma nacional de transparencia, el proyecto más ambicioso de rendición de cuentas de los últimos años.
Ayer concluyó el registro de los aspirantes a presidir el organismo para el período 2017-2020, y por lo tanto a relevar a Puente. Se anotaron cuatro comisionados y se espera que este viernes presenten su programa de trabajo; y posteriormente, en una sesión pública, los integrantes del pleno voten para elegir al nuevo titular del Inai.
El INAI entró en operaciones en mayo de 2014 en sustitución del Instituto Federal de Acceso la Información (IFAI), con la llegada de siete nuevos comisionados liderados por Puente de la Mora.
A su vez, en 2015 entró en vigor la Ley General de Transparencia, que elevó al instituto como organismo autónomo, y le confirió la responsabilidad de crear un sistema nacional de transparencia, que aglutinará los esfuerzos instituciones de la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción.
Uno de los elementos innovadores era la instauración de una herramienta tecnológica, denominada plataforma nacional de transparencia, que condensaría de forma homogénea el acceso a la información desde municipios, partidos, sindicatos, gobierno federal, entidades y organismos autónomos.
El 5 de mayo pasado entró en operaciones dicha plataforma en sustitución del antiguo Infomex. Sin embargo, después de unas semanas, su eficacia y funcionamiento fue cuestionado por un colectivo de organizaciones civiles.
En una carta dirigida a la comisionada presidenta, el colectivo evidenció desde errores ortográficos y de sintaxis hasta la inutilidad de la sección de Módulos Estadísticos, así como la falta de un mecanismo de ayuda en línea, un glosario y un “orden cronológico, simple y natural”.
Respecto a la tecnología digital de la plataforma, los especialistas indican que “tienen demasiados errores”, por lo cual, “no se siguieron estándares ni mejores prácticas en desarrollo web e impide que el sitio se despliegue adecuadamente en cualquier tipo de navegador”.
Ante las críticas, el INAI aprobó una prórroga, hasta noviembre de 2016, para que la plataforma funcionara; pese a ello, la herramienta tecnológica, que costó 20 millones de pesos, presenta errores todavía.
Incluso, otro de sus componentes, echado a andar apenas el pasado 5 de mayo, y definido como Sistema de Portales de Obligación de Transparencia (SIPOT), sigue sin funcionar de forma correcta.
Partidos y gobiernos locales argumentaron que no han subido la información, que por ley necesitan transparentar a partir del 5 de mayo, porque la plataforma tiene errores al cargar los datos.
El INAI informó a 24 HORAS respecto a la Plataforma Nacional de Transparencia lo siguiente: “Estamos conscientes de que es una herramienta perfectible y, en ello, trabajamos día a día; no descansaremos hasta consolidarla como la ventana única para que las personas puedan ejercer sus derechos de acceso a la información”.
aarl