Siempre será complicado comparar los datos económicos de los meses de marzo y abril porque la Semana Santa se fija con la primera luna llena después del equinoccio de marzo, mientras que las mediciones mundanas de la economía y las finanzas van con el calendario gregoriano.

 

Durante el mes que lleve la Semana Santa hay menos días laborables que se notan en una baja, por ejemplo, en la actividad industrial. Pero al mismo tiempo con días de descanso aumentan las ventas al menudeo porque los compradores prefieren reflexionar sobre los días santos en los centros comerciales.

 

Esto genera estadísticas distorsionadas que usadas de forma incorrecta pueden presumir o una caída excepcional o, bien, una recuperación muy notable. Pero no se vale.

 

Es ésta la época de las declaraciones, los videos en redes sociales y los boletines de prensa sobre temas económicos considerados como relevantes.

 

Vale tomar las mediciones anuales y sí dar crédito a una mejor perspectiva del comportamiento de la economía, lo suficiente como para mejorar las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto.

 

Pero más allá de las trampas estadísticas, estos días conocimos una noticia mejor que las ventas de la ANTAD durante abril pasado; resulta que el Fondo Monetario Internacional (FMI) refrendó el acceso de México a la línea de crédito contingente que tiene abierta por 86 mil millones de dólares. Una posibilidad que, de hecho, tienen muy pocos socios de esta institución.

 

Esta decisión del FMI es mejor que un refrendo de la calificación crediticia. No sólo porque deja disponibles para las autoridades financieras una cantidad enorme de recursos para enfrentar cualquier ataque especulativo dirigido a los mercados mexicanos, sino por la buena perspectiva que tiene esta institución de las condiciones del país.

 

Uno de los focos amarillos que amenazaban esta ratificación era la descomposición de la salud financiera. Y si bien el FMI dice que hay mucho camino que recorrer, sí avala el proceso de consolidación fiscal que ha emprendido la Secretaría de Hacienda.

 

Ni siquiera los niveles que ha alcanzado la cotización del peso frente al dólar son tema de preocupación para el FMI, porque tienen claro que es la paridad cambiaria la que ha funcionado como un amortiguador de los impactos externos.

 

Las operaciones peso-dólar superaron los 22 por uno y regresaron a los 18.50 sin usar un solo centavo de la línea contingente. Al tiempo que el FMI cree que el camino de corrección de las presiones inflacionarias, donde ha contribuido la depreciación cambiaria, será efectivo.

 

Los riesgos elevados vienen del exterior y tienen que ver incluso con el estado de ánimo del Presidente de Estados Unidos. Temas como el libre comercio o la estabilidad de los mercados internacionales ante una escalada entre Corea del Norte y Estados Unidos son temas de preocupación.

 

Esa línea contingente del FMI es el equivalente a un seguro de vida o del coche; es bueno tenerlo vigente, pero lo mejor es no utilizarlo.

 

aarl