Con la presente ola de calor que ha azotado a buena parte del territorio nacional, la recomendación principal es bastante obvia: hidratarse con agua natural. Pero, ¿qué cantidad de agua hay que tomar al día?, ¿qué beneficios adicionales deja el consumir tanto líquido vital?, ¿tiene que ser agua natural o puedo ingerir cualquier bebida y me sirve? Aquí te decimos qué es lo que tienes que saber al respecto:
Al menos, litro y medio
Según un comunicado dado a conocer por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores (ISSSTE), no es recomendable tomar cualquier bebida al sentirse deshidratado, pues existe la tendencia a consumir bebidas azucaradas. Según el ISSSTE, es importante consumir de seis a ocho vasos de agua simple al día, más o menos el equivalente a litro y medio, y, por el contrario, nada de refrescos o bebidas gaseosas, ya que el organismo no las necesita.
De igual manera se recomienda no tomar al día más de dos vasos de leche semidescremada y bebidas de soya sin azúcar, a partir de los dos años, ni consumir más de dos vasos de bebidas no calóricas con edulcorantes artificiales, como agua con vitaminas y bebidas energizantes. También se sugiere evitar el consumo de todo tipo de refrescos o gaseosas dietéticas o light, y tomar máximo cuatro tazas de té o café sin azúcar.
Ayuda a bajar de peso
Bebes agua natural en lugar de una cerveza o un refresco endulzado puede, además, ayuda a bajar de peso y reducir el riesgo de obesidad, según un estudio llevado a cabo en España a lo largo de ocho años y medio, con 16 mil adultos.
Al inicio del estudio, ninguno de los adultos tenía obesidad, pero a lo largo del mismo, 900 desarrollaron sobrepeso. La investigación encontró que beber un vaso de agua en lugar de una cerveza al día, redujo el riesgo de obesidad en 20%, mientras que cambiar un refresco endulzado con azúcar por agua cada día se asoció con un riesgo 15% menor de volverse obeso.
Además, las personas que cambiaron la cerveza por un sólo vaso de agua al día experimentaron un descenso en su peso promedio de más o menos un tercio de kilo a lo largo de cuatro años.
Aunque el estudio no puede demostrar una relación causal directa, los investigadores tomaron en cuenta otros factores que podrían afectar al riesgo de obesidad, como la edad, los antecedentes familiares y los niveles de actividad física.
“Se necesitan más estudios basados en intervenciones reales para confirmar estos posibles efectos. Dado que la obesidad conlleva un riesgo más alto de desarrollo de otras enfermedades, como la diabetes o la enfermedad cardiovascular, los posibles efectos de sustituir estas bebidas por el agua es un objetivo importante a tener en cuenta en la investigación futura sobre la salud pública”, afirmaron los autores del estudio, que fue dirigido por Ujué Fresán, del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, según aparece publicado en el portal HealthDay.
Razones para beber agua simple
Pérdida de peso. El agua no contiene azúcar, grasa, calorías ni carbohidratos.
Salud para el corazón. Reduce el riesgo de sufrir un infarto en 41%.
Hidratación. Al consumir agua, el cuerpo se hidrata e incremente sus niveles de energía.
Piel sana. Ayuda a aclarar la piel y darle un brillo saludable.
Ayuda al estómago. Puede ayudar a una mejor digestión y a curar problemas de acidez.
Limpieza. El cuerpo la utiliza para ayudar a eliminar toxinas y residuos.