En un episodio más de la guerra electoral, ayer fue filtrada una llamada entre el hijo de Andrés Manuel López Obrador, del mismo nombre, pero de apellidos López Beltrán, y la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky.

 

No se precisa la fecha de la conversación, pero por el contexto se da a entender que es reciente.

 

En ella ambos personajes se ponen de acuerdo para, supuestamente y sólo supuestamente, triangular dinero para el partido a través de una empresa amiga.

 

La idea de un partido impoluto, como ha tratado de idealizar López Obrador, se ha ido desmoronando; su partido tiene también pies de barro.

 

No sólo por los dichos de Eva Cadena o la aceptación de cualquier político, independientemente de su pasado, que con sólo pasar a las filas del lopezobradorismo alcanza el perdón y hasta la santidad.

 

La difusión temprana del audio no generó las respuestas airadas ni del tabasqueño ni de sus apóstoles, como sí ocurrió en el caso de la diputada Cadena.

 

Lo tomó descuidado, seguramente.

 

Ahora habrá que esperar la reacción del lopezobradorismo, afectado sin duda por este nuevo escándalo; ya se verá el domingo en las urnas si el pantano que cruzó en estas elecciones no manchó su plumaje, o si la revelación de su hijo acabó con su impermeabilizante político.

 

Algo se trae entre manos el diputado perredista Guadalupe Acosta Naranjo, quien no sólo madruga a los legisladores del PRI, sino hasta a los de su propio partido.

Acosta, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, responsabilizó a los diputados del tricolor de reventar la sesión de la Comisión con su ausencia.

 

En dicha sesión se pretendía dictaminar la iniciativa del Mando Policial Mixto, pero reventó por falta de quórum provocado, según el perredista, por la ausencia de los priistas.

 

Pero el diputado tricolor y secretario de la misma Comisión, Braulio Guerra, reveló una conversación por WhatsApp en la que el secretario técnico de dicha comisión, Israel Alvarado, le informó con una hora de antelación de la suspensión de la sesión de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Seguridad.

Acosta también madrugó a sus propios compañeros de partido en la última sesión del periodo ordinario pasado, cuando presentó cuatro dictámenes sin haberlos consensuado con su bancada, lo que generó el enojo de Jesús Zambrano, entre otros.

 

Ahora el PRI solicitará su remoción como presidente de la Comisión –que tiene en sus manos iniciativas del Mando Mixto, del Mando Único y la Ley de Seguridad Interior-, secundado por los perredistas agraviados.

 

¡A qué don Lupe!

 

Pues pese a la expectativa, no hay que esperar mucho de la LIII Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos, que se realizará el lunes.

 

La delegación mexicana –de 15 legisladores- estará encabezada por el diputado del PRI y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Víctor Giorgana Jiménez.

 

La delegación nacional la integran diputados de cinco de los seis estados fronterizos, excepto Sonora.

 

Los temas a tratar serán eminentemente fronterizos, aunque algunos tienen impacto nacional, pero la idea es tratar asuntos locales, regionales, pues.

 

aarl