Todos conocemos un caso similar: la clásica pareja de recién casados que son felices, acuden a fiestas, conviven con sus amigos, viven el idilio del amor; pero al momento de tener hijos se transforman en personas irreconocibles, malhumoradas, grises y visiblemente infelices.

 

¿Acaso la paternidad es la mejor forma de aniquilar el romance?

 

Friends with Kids parte de esta premisa para plantear un escenario que, aunque irreal, sirve como mecanismo para una comedia ligera, bien escrita, y sobre todo con muy bien actuada.

 

Nueva York, época actual. Julie (Jennifer Westfiedt) y Jason (Adam Scott) son dos mejores amigos que ven con horror cómo es que sus amistades, parejas otrora felices con las que salían a fiestas y tenían pláticas interesantes, se han convertido en matrimonios llenos de frustración, tedio e incluso odio hacia sus parejas, todo al momento en que se convierten en padres.

 

Julie quiere tener un hijo, pero no está dispuesta a correr el riesgo de terminar como sus amigos. Jason le propone una idea singular, un “plan perfecto”: tener un hijo pero sin casarse, con la posibilidad abierta de seguir saliendo con otras personas; de esa forma evitarían pagar el precio de una relación frustrada, dando paso incluso a la posibilidad de conocer al verdadero amor de su vida.

 

La situación es tan inverosímil como se lee, pero resulta en un efectivo mecanismo para desatar varias situaciones indudablemente divertidas que adquieren un nivel más allá de una simple comedia romántica gracias al muy bien estructurado guión y a los diálogos inteligentes pero divertidos, escritos por la propia Westfeldt, quien no sólo se desempeña como protagonista de la cinta sino que además es la guionista y directora de la misma.

 

Una comedia romántica con cierto toque obscuro. Hacia su tercer acto, en una de las mejores escenas, el personaje interpretado por John Hamm (aquel de la serie Mad Men) explota encarando a Julie y Jason, anotando lo ridículo e irresponsable de su decisión. El exabrupto de Hamm (quien con esa sola escena se roba la película) le da un obscuro giro a la trama, mismo que pareciera anotar el espíritu de esta cinta: esto será una comedia, pero nunca una cinta estúpida.

 

No obstante, al fin y al cabo cine de género, es inevitable que la trama tenga como destino final el irremediable happy end donde los personajes, que en un principio desafiaban los más férreos convencionalismos sociales, sucumben en su rebeldía y terminan convencidos de lo valioso de la vida en pareja, la dicha de estar con el ser amado o el gozo -¡claro!- de tener que levantarse a las 3 de la mañana para darle el biberón a su recién nacido bebé llorón.

 

Una efectiva y ambiciosa comedia que no pretende quedarse únicamente en los terrenos de la risa y el gag facilones, sino que busca dar un paso más, ser una cinta cómica donde el público no se vaya impune y se lleve, de menos, algunos raspones.

 

 

 (Dir. Jennifer Westfield, 2011)

3 de 5 estrellas.

Guión y dirección: Jennifer Westfeldt. Con: Jennifer Westfeldt, John Hamm, Kristen Wiig, Maya Rudolph, entre otros.

 

aalemanx@gmail.com | @elsalonrojo