Washington, DC.- El 4 de septiembre de 2001, Robert Swan Mueller juro como el sexto Director del FBI y una semana después, se produjo un acontecimiento histórico: los ataques terroristas de 9/11.

 

Recientes revelaciones desnudan la íntima conexión de una docena de integrantes del comité de campaña presidencial de Donald Trump con el Kremlin, escándalo que el equipo del Mandatario trató desesperadamente de detener, incluso el Presidente habría pedido al entonces director del FBI, James Comey, parar la investigación al respecto y finalmente lo despidió.

 

Por esa razón, Mueller regresa al servicio civil, en lo que muchos consideran el preludio de otro acontecimiento histórico.

 

Bajo intensa presión, el 17 de Mayo, Jeff Sessions, Procurador General de Justicia designó a Mueller como Consejero Especial para Investigar la Injerencia Rusa en la Elección Presidencial de 2016, incluyendo la relación de colaboradores cercanos de Trump, con funcionarios rusos, en particular Jared Kushner, su asesor y yerno, cuya íntima relación con Rusia data de 2014.

 

Kushner, esposo de Ivanka, pidió a Moscú un canal secreto -independiente al que mantiene el Departamento de Estado- a fin de “proteger de las agencias de inteligencia estadounidenses, las conversaciones entre el equipo de transición de Trump y funcionarios Rusos.

 

Con mediación del Embajador ruso, Sergey Sislyak, se entrevistó con Sergey Gorkov, CEO del Vnesheconombank o Banco de Desarrollo de Rusia, ligado a la inteligencia rusa, sujeto a sanciones económicas de EU desde la invasión y anexión de Crimen y de cuyo Consejo de Supervisores es parte el Primer Ministro Dmitry Medvedev.

 

El Banco de Desarrollo de Rusia, Vnesheconombank, justificó el encuentro con el argumento de que “era parte de la estrategia de nuevos negocios de Kushner, en la función que jugaría como Jefe de los negocios de Bienes Raíces de la familia Trump”.

 

La Casa Blanca informó que “el encuentro -antes de la toma de posesión- nada tuvo que ver con negocios y era sólo uno de tantos encuentros diplomáticos, de quien sería el principal asesor presidencial”.

 

Las versiones contradictorias agudizaron la confusión y sospechas, ya que además de Jared Kushner, más de 12 colaboradores de Trump se reunieron con funcionarios rusos, incluyendo al Procurador General de Justicia, Jeff Sessions, de quien senadores demócratas piden la renuncia, porque en sus audiencias de confirmación negó bajo juramento haberse reunido con funcionarios rusos.

 

El papel de Mueller, será descubrir la verdad, con una compleja investigación que enfrenta numerosos intentos de obstrucción, de la Casa Blanca al Capitolio, a los que el ex Director del FBI está acostumbrado.

 

Aunque nacido en la Gran Manzana, Robert Swan Mueller, creció en Filadelfia. En 1966 se graduó de la Universidad de Princeton y luego curso Relaciones Internacionales en la Universidad de New York.

 

Al graduarse se incorporó a la Infantería de Marina de Estados Unidos donde sirvió 3 años en la 3a. División de Infantería de Marina en Vietnam. Fue condecorado con una Estrella de Bronce, dos Medallas al Mérito de la Naval, Corazón Purpura y la Cruz de Servicio en Vietnam.

 

En 1973 curso estudios de Derecho en la Universidad de Virginia. Litigó hasta 1976, cuando se inició como Fiscal Federal hasta ser Jefe de la División Criminal del Departamento de Justicia.

 

Es especialista en la investigación de crímenes financieros, terrorismo, corrupción pública, narcóticos y lavado de dinero. En 1989 fue Subprocurador de Justicia para Asuntos Criminales. El 4 de Septiembre de 2001, el Ex Presidente George W., Bush lo nombró director del FBI, en el que se desempeñó 12 años.

 

Supervisó investigaciones independientes sobre el asalto del jugador Ray Rice, de la NFL a su novia; medió en un litigio por el escándalo de fraude en las emisiones de vehículos Volkswagen, que resultó en una compensación de 11 mil 200 millones de dólares; investigó a Booz Allen Hamilton, contratista de Edward Snowden, por el robo masivo de información de la Agencia Nacional de Seguridad y ha recibido numerosos reconocimientos.

 

Juan Ángel Espinosa

 

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Con esas credenciales, ahora investigará el escándalo de Rusia y las conexiones de Kushner; de Paul Manafort, ex jefe de la campaña de Trump, quien diseñó un plan estratégico para “cambiar la imagen de Vladimir Putin en el mundo”; el general retirado Michael Flynn, efímero Asesor de Seguridad Nacional; JD Gordon, ex Asesor de Seguridad Nacional; Fareed Whares, asesor de política externa; Carter Page, de quien se informó ofreció el levantamiento de sanciones a Rusia; Roger Stone, quien anticipó la difusión de información hackeada al Partido Demócrata y a Hillary Clinton, Michael Cohen y otros.
Igual que la relación de Kushner con su socio del multimillonario ruso Yuri Milner, quien es inversionista de la empresa Cadre, fundada por Kushner, su esposa y hermano y que tienen una íntima relación con Dasha Zukhova, esposa del también multimillonario Ruso Román Abramovich, amigo cercano del presidente Vladimir Putin.

 

Kushner  no declaró esos contactos con los rusos -como establecen las reglas- al solicitar autorización para acceder a información ultrasecreta y confidencial, igual que hicieron Jeff Sessions, Procurador General; Michael Flynn, quien fue Asesor de Seguridad Nacional y asistió a un evento del Presidente Vladimir Putin en Moscú y muchos otros colaboradores.

 

Mueller tiene todo el respeto y confianza de republicanos y demócratas, que confían en su honorabilidad, honradez, talento y profesionalismo, reforzado por personajes como Andrew Weismann y Peter Carr, ex-funcionarios del Departamento de Justicia y dos abogados especializados.

 

Esta será la cuarta investigación de un escándalo que crece, siembra temor entre republicanos que tratan de minimizarlo, pero que revela una larga y sospechosa historia de contactos y amistades del equipo de Trump con Rusia, por intereses económicos.

 

aarl