LONDRES. La española Garbiñe Muguruza mantuvo el nivel de juego que ha exhibido desde que pisó el All England Club este año para vencer a la eslovaca Magdalena Rybarikova por 6-1 y 6-1 en 64 minutos y alcanzar por segunda vez en su carrera la final de Wimbledon.
Con su victoria de este jueves, Muguruza se colocará octava del mundo el próximo lunes. Si gana el sábado será cuarta.
Garbiñe saltó a la pista central con un vendaje en el muslo izquierdo pero, lejos de mostrar problemas físicos, completó un partido lleno de agresividad, demostrando que ante la potencia de sus golpes el tenis sutil de Rybarikova, la primera eslovaca en alcanzar las semifinales de Wimbledon, poco daño iba a hacer.
Dos grandes zarpazos de la española, que ganó cinco juegos consecutivos en cada uno de ellos, marcaron esta semifinal, de tan solo algo más de una hora de lucha.
Muguruza salió convencida desde el principio de que el partido iba a ser suyo, a pesar de que “Magda” la había vencido en Birmingham hace dos años, en su único enfrentamiento sobre hierba.
La eslovaca, verdugo de la checa Karolina Pliskova en la segunda ronda este año, estuvo demasiado dubitativa y acertó en pocas ocasiones con su juego de ataque, sin saber qué hacer para detener el vendaval de golpes que le llegaba desde enfrente.
Ni sus hirientes dejadas ni el revés cortado que ha hecho estragos este año pudieron detener a Garbiñe. La española jugó como las grandes campeonas de Wimbledon. Eligió bien los tiros, subió a la red en cuanto tuvo ocasión (19 puntos ganados de 25), hizo 22 ganadores y conservó su servicio durante todo el encuentro, anulando una oportunidad de rotura en el primer set y salvando el segundo sin mácula.
La clave era poner tierra de por medio inmediatamente y Garbiñe lo consiguió de inmediato. A los 21 minutos, cuando ya mandaba claramente por 4-0 en el primer parcial, Rybarikova tuvo su única ocasión para robar el saque de Garbiñe, que no solo la anuló, sino que además cerró el juego con unos de sus tres “aces” después.
La eslovaca necesitó 26 minutos para ganar el único juego de saque que logró en ese parcial (5-1). Luego, Muguruza volvió al ataque, restando a los pies, moviendo a “Magda” con acierto, desesperándola en la red, sin bajar la guardia, en un ataque constante y con pocas fisuras.
La cara de Conchita Martínez en el palco, lo decía todo. Tranquila y más relajada que en otros encuentros, la aragonesa, única española que por el momento ha ganado este torneo (1994), disfrutaba del espectáculo de su pupila.
El segundo set corrió por los mismos derroteros. Garbiñe se colocó de nuevo con 4-0 y se limitó a pegar y pegar, inquietando a su rival, que desdibujada, descontrolada y sin esperanzas entregó el partido a la segunda oportunidad.
“He jugado muy bien, ella es difícil y ha hecho un gran torneo. Yo me he mostrado con mucha confianza. Estar en estas situaciones ayuda a manejar mejor las situaciones”, dijo la primera finalista.
JMSJ