A partir de mañana inicia una telenovela que se reestrena después de casi 25 años de ausencia.
Este culebrón que promete entregar capítulos diarios tiene ante los ojos de los espectadores mexicanos amantes de las telenovelas un protagonista que es la víctima, un villano que hará sufrir al estelar y un tercero que entrará y saldrá de escena sin causar muchos estragos.
El novelón tiene un título largo: la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El villano es, sin duda, Donald Trump al frente del Gobierno de Estados Unidos; el sufrido protagonista es México y su defensa del comercio sin aranceles ni barreras y el tercero en discordia es Canadá, que seguro en aquella tierra viven su propia historia protagónica de angustia ante el mismo villano.
Hoy inician en Washington las primeras negociaciones formales del TLCAN. Los primeros cinco días de un total de siete rondas contempladas entre los tres socios.
Querremos saber desde el primer minuto de la encerrona entre los tres socios, qué se dicen, qué responden, qué tanta tensión hay sobre la mesa. Necesitamos saber cuál es el discurso de arranque de los negociadores para hacer pronósticos.
Las conversaciones son a puerta cerrada y habitualmente parten de los primeros acuerdos entre las partes tienen que ver con la comunicación externa de los contenidos, conclusiones, encuentros y desencuentros negociadores.
Así que si hay respeto por esas reglas iniciales, sería probable que hasta el domingo o lunes haya alguna declaración, conjunta o separada, del resultado de la primera ronda.
Pero los medios de comunicación intentarán rascar de donde sea, lo mismo declaraciones banqueteras que informantes anónimos que adelanten lo que sea.
Le puedo decir por experiencia que empezaremos a leer y a escuchar muchas imprecisiones informativas, fake news, sobre lo que digan los negociadores en privado. Muchas filtraciones son versiones interesadas de las contrapartes para causar estragos en los otros.
El primer capítulo que inicia mañana será uno de los más importantes. Esta telenovela podría terminar esta misma semana con el levantamiento repentino del villano si no se aceptan sus condiciones, si es que llegan en ese plan intransigente.
Pero si lo que vemos a partir de esta semana es un espíritu negociador real del villano, podríamos tener hacia finales del año un culebrón de final feliz. Uno de ésos donde se pueda decir que vivieron felices para siempre…, aunque se tenga que renegociar otro acuerdo dentro de 20 años más.
La principal audiencia de esta telenovela estará en los mercados y entonces veremos cómo otro protagonista salta a escena: la cotización del peso frente al dólar.
Si el villano hace de las suyas y se levanta de la mesa, el drama estará en las casas de cambio. Pero si por el contrario, todos se quedan a negociar y sólo apreciamos un natural estira y afloja en los sectores participantes del acuerdo, podríamos ver un peso fuerte que luciría su cuerpo en la pantalla. Ya ve que eso gana muchos televidentes.
caem