A lo largo de la historia del olimpismo suelen surgir deportistas que impactan por su gran talento y su carisma, pero muy pocos o casi nadie, puede presumir del cariño de la gente de manera absoluta, y también de todas las medallas doradas en las pruebas que disputó, y ese es: Usain Bolt.
Aunque nada es para siempre y todo tiene un final. El del jamaiquino llegó la semana pasada en Londres cuando sufrió una lesión en el último relevo de los 4 x 100 metros y ahí acabó la carrera más brillante que ha visto el atletismo en la era moderna.
Se habla de Bolt como la gran figura en el atletismo, pero ya entró en la discusión sobre el mejor atleta de todos los tiempos y son Michael Jordan, Michael Schumacher, Pelé y Michael Phelps los que se pelean un sitio, pero hay cabida para todas las figuras que ya ganaron su sitio en lo más alto del deporte.
Siempre se va a recordar a Bolt corriendo los 100 metros en Berlín en 2009 cuando implantó una marca que luce imbatible, seguirán los análisis científicos sobre su prueba favorita, pero el velocista va de la mano de la persona y es ahí donde conquistó a todo el mundo con sus festejos, sus divertidas declaraciones y hasta sus apariciones como jugador de futbol o hasta DJ en varias discotecas.
Pasaron 13 años desde el debut de un desconocido Usain Bolt y el sábado pasado le puso punto final con una ovación que va a quedar para la posteridad, aunque con una imagen del “inmortal”, tendido en el tartán y con mucho dolor.
caem